Pues mira, he pasado por situaciones parecidas unas cuantas veces y lo que he aprendido es que lo mejor contra esto es no callarse.
De verdad, contéstales, cuando por enésima vez te repitan lo gorda que te has quedado por 5kg de mierda (como si quieren ser 100), les sueltas una bordería o les dices a la cara que gracias a bromas tan cansinas como las suyas tuviste bulimia. Así, sin filtros. Y si siguen, te cabreas aún más y te pones aún más borde.
Conmigo, la última vez, les dio por hacer correr rumores a mis espaldas acerca de que olía muy mal, hasta el punto que vino mi jefe a hablar conmigo «discretamente» cuando yo me levanto 2hrs antes para ir duchada (entera) al trabajo. Y nadie nunca se ha quejado (le pregunté hasta a mi novio).
De tal cabreo fui a sus oficinas de uno en uno y les dije que me había enterado de que habían estado hablando a mis espaldas, que me parecía horrendo por su parte, que debería darles vergüenza y que la próxima vez tengan la decencia de decírmelo a la cara en vez de ir cuchicheando por ahí.
Todos callados y rojos como tomates.
Mano de santo, oye.