Creo q hya cosas en las que exageras… pienso que quiere darle de comer, bañarla etc. Por aprovechar el tiempo que estáis allí ya q si de normal no lo puede hacer es normal que quiera hacerlo todo ella más que nada por el echo de estar con la niña todo el tiempo que quiera, lo que no veo bien es que te abra la puerta de tu habitación ni estando y sin estar… a mi me pasaba cuando estaba en casa de mi novio que su madre habría la puerta sin llamar y un día para darle un escarmiento nos pusimos como si estuviéramos follando… la mujer abrió la puerta sin llamar y se moría de la vergüenza… no sabia donde meterse… y no volvió nunca más a abrir sin tocar a la puerta…

Creo que estás haciendo un castillo de un grano de arena par justificar ante nosotras por qué no quieres ir a esa casa y sentirte mejor contigo misma, tipo: que bien todas me apoyan y piensan que no debo ir, me quedo más tranquila.

Además de que creo que te has obsesionado malamente contra tu suegra y la relación abuela-nieta.

El mejor sitio para un recien nacido es su casa con su papa y su mama y ya.
Por lo demas imponte, tu bebe, tus reglas y que nadie haga lo que no quieres.

Uff tema suegras, lo que has descrito al principio es tal cuál lo que estoy viviendo yo, una bebé de 3 meses y medio, yo con depresión posparto y una suegra que no soporto ni el estar a su lado. La mía no tiene carácter, el carácter lo tengo yo y la que le pega buenos cortes a la hora de dar opiniones que nadie le ha pedido soy yo. Y si, me molesta mucho ver como coge a mi hija cuando va sucia de trabajar, de cuestionar todo lo que decidimos su padre y yo como por ej no bautizarla, no hacerle pendientes… Y ella con unas caras cómo si estuviera cometiendo un crimen. No soporto verla en su brazo por muy abuela que sea. Por suerte será mi madre quién la cuide cuando yo trabaje, con la que también tengo mis diferencias pero al menos sé que hará caso de lo que le digo. Eso que te han dicho de envidia… Entiendo que habrá quién esté encantada con su suegra pero muchas otras no las soportamos y se hacen pesadas. Ala ya me he desahogado yo también jaja
A lo que iba, plántate y no le cedas el terreno que no debe pisar, se ponga como se ponga ella, tu marido o la vecina. No se puede opinar ni nadie debe decirte cómo debes cuidarla y menos aun querer “ocupar” tu lugar. Ppr que son muy absorbentes y eso acaba quemando.

Vamos por partes, porque hay varias cosas en tu escrito:

En primer lugar dices que has tenido despresión post-parto en pasado, como si fuera algo que se curara en tres meses. Es muy probable que esa situación afecte a tu forma de percibir las cosas.

No hay nada absolutamente raro en que una abuela quiera pasar tiempo con su nieta, consolarla cuando llora o dormirla (y cuando ese pequeño que ahora tienes entre brazos tenga sus propios hijos, espero que recuerdes esto). Si además dices que has tenido un parto complicado y tienes depresión post-parto, es probable que la mujer te vea desbordada y quiera echarte una mano. Recuerda que aunque siempre veamos a las suegras como seres ignorantes de nuestra situación que no saben ni coger un bebé sin romperlo, ella ha tenido dos hijos y sí que sabe lo que es estar en tu situación.

Dices que te molesta hasta verla contenta. Te parece una apreciación objetiva? Porque desde fuera da la sensación de que estás focalizando tu malestar en esa persona y hasta lo que probablemente sea un intento de ayudarte lo ves como una agresión.

Respecto a la cuestión de su casa… es que de verdad te parece mal que en su casa ponga sus normas? Te has parado a pensar que esas normas tienen un motivo? Hablas de lo excelente que es la temperatura. Te cuento mi experiencia: La casa de mi madre es enorme y en invierno si no están las puertas de las habitaciones cerradas es imposible mantener el calor. Además, al ser una casa de campo es muy fácil que entren ratones, así que mi madre se vuelve loca con que las puertas estén siempre cerradas. Pues cada vez que mi hermano y mi cuñada están en casa ya no es que no cierren una mísera puerta ni por casualidad, es que incluso son capaces de dejarse las ventanas abiertas en pleno invierno del norte durante toda la noche y luego quejarse de que «es que en esta casa siempre hace frío». Pero mi madre es la que tiene que pasar el esfuerzo cada verano de meter un par de camiones de leña con sus propias manos y ordenarla para luego hacer calor en invierno y que se vaya por las ventanas, y la que tiene que limpiar el destrozo de los ratones cuando entran es ella.

Te has preguntado quién es la que limpia la piscina en casa de tu suegra? Son acaso el marido y los hijos a los que les molesta la cubierta? O resulta que detrás de ese «es que entran bichos» hay un «y soy yo la que lo tiene que limpiar»?

A veces los conflictos más grandes se solucionan simplemente con un poco de empatía, y eso pasa por dejar de ver a las personas como monstruos y entendiendo que no siempre hay maldad detrás de cada pequeño acto.