Buenas noches, foro. Por motivos que ya os contaré, he llegado aquí.
Soy el marido de la chica que hizo este post:
https://weloversize.com/topic/mi-pareja-tiene-otra-casa/
Y quiero daros mi versión de los hechos. Lo primero, mi pareja y yo nos mudamos hace tiempo a su casa y es verdad que, aunque al principio estaba bien, luego todo eran problemas. Quienes hayáis comprado casas viejas conoceréis ese momento en que se pica una pared por cualquier cosa y el fontanero aprovecha para decirte que si no cambias toda la instalación la casa se os va a caer encima más pronto que tarde. Así que sí, la casa necesitaba unos cuantos arreglos que sumaron y sumaron y por eso yo me ofrecí a pagar el día a día y mi pareja se ocupaba de los gastos de las reformas. Esto duró al menos el primer año y medio, y he de decir que ha llovido desde entonces. La casa se quedó perfecta y aprovechamos el momento para celebrar una boda pequeña y sencilla sin el estrés del taladro. Dato de interés: Casi todos los regalos fueron, por petición de la novia, mobiliario y electrodomésticos. Los gastos siguieron igual con la idea de que la casa necesitaba una actualización en muchas cosas, y ahí viene el capítulo de las habitaciones y el despacho que nunca existió.
Ambos queríamos el cine, en nuestras citas era uno de nuestros favoritos y nos pareció muy bonito. La sala es incomodísima para trabajar, por supuesto. No tiene una sola luz decente y lo que ella llama mesita es una de esas auxiliares que se ponen en el sofá. Sobre la habitación de invitados, hubo problemas. Sus padres presionaron mucho para ello, ella dictó la sentencia. Sí, es una habitación pequeña y tiene una cama de 1’50 que es imposible que se sustituya por otra cosa porque luego a los padres les duele la espalda. Cabía una mesa diminuta en un rincón, así que la compramos y estuve allí aproximadamente tres semanas, hasta que un día entró y vio mis cosas sobre la colcha de sus padres y se enfadó conmigo. Desde entonces, abría la puerta y si veía un papel sobre la cama me gritaba, lo tiraba o me lo tiraba. No es cómodo trabajar con el cuaderno en el regazo, así que volví a la mesa del comedor y la otra desapareció un día, vendido por walapop.
Yo trabajo por la mañana y ella a turnos. Cuando podía, programaba las reuniones para los días en que ella estuviera en turno de mañana, pero eso no siempre es posible y a veces coincidía que ella quería ver la tv o simplemente estar en el salón, así que tenía que ir a otro sitio a trabajar. No, pedirle que se fuera no era una opción porque le apetece eso y no hará ruido. Hacía ruido.
Y el punto de oro, mi casa. Un día acompañando a mis padres a hacer la compra me comentaron sobre el dinero que querían darme, y poco después un amigo me dijo que vendía el pisito en que vivía, así que todo fue un poco impulsivo y, aunque sé que os sonará a excusa, no me lo creí mucho hasta que estábamos firmando, apenas un par de semanas después. Sé que debería haberlo dicho a mi mujer en algún momento, cuando se tasó o cuando se apalabró, pero cada vez que lo pensaba no era capaz. Por una parte, me sentía culpable. Lo estaba ocultando y cada vez iba más lejos, pero también porque era el único gasto realmente importante que había hecho por mí en años. Mi dinero siempre va en facturas, en compra, en un pantalón que sustituya al roto. Y ahora tenía un dinero que no requería dar explicaciones. Ese piso era un secreto, lo primero que era mío de verdad, algo que me hacía sentir independiente y libre en mucho tiempo, y me costaba creerlo. Había un remolino de cosas en mi cabeza que no comprendía y seguí adelante. No era mi intención ocultarlo, no era algo premeditado, pero no me veía capaz de contarlo porque en cierto modo no quería perderlo, no quería que aquello que era tan mío se viera alterado por nadie más, por fin tenía mi sitio y era libre de usarlo, sin molestias, sin peleas, estaba cómodo y tranquilo.
Cuando me preguntó por el dinero dije sin más que tenía el piso. Fue un alivio en parte decirlo, aunque supusiera una discusión detrás. Lo primero que hizo mi mujer fue exigirme las llaves, y por eso en un principio me negué a darle ningún dato del piso. Tampoco quería meter en problemas con ella a mis amigos ni a mis padres. La discusión escaló cuando me reprochó que su casa aún tenía reformas pendientes y yo también me enfadé. Ella se encerró en la habitación de sus padres y yo en la sala de cine, y dormí en el sofá durante dos noches. Finalmente nos sentamos a hablar del tema y fue cuando le conté lo del piso, me disculpé por haberlo ocultado y accedí a dejar una llave con la promesa de que respetaría mi espacio. Y con su respuesta a su post me enteré de que estuvo abriendo todos los cajones, no tenía ese dato.
Y actualización: después de eso, hubo un par de días que apareció en el piso mientras trabajaba, con excusas un poco aleatorias. Un día porque pasaba por aquí y quería saludar, trajo el desayuno y se quedó el resto de la mañana hasta que volvimos a su casa. El siguiente, le pedí que se fuera porque estaba reunido. Al llegar a casa no me hablaba y cuando explotó, me cansé. Le quité la llave y me fui al piso. No negaré que me sentí muy tranquilo de tener un sitio donde refugiarme en ese momento.
Hace poco, mis amigos vinieron al piso a tomar algo y les conté lo que estaba pasando, y fue cuando la novia de mi amigo me enseñó el post de mi mujer y me preguntó si era yo. Cuando dije que podría serlo, se pusieron muy serios y me animaron a replantearme mi relación. Hicieron hincapié en algunas de vuestras respuestas y creo que algunas me entendisteis mejor que yo mismo. Mi matrimonio se había vuelto malsano, no había confianza de mi parte ni comprensión mutua. De momento he decidido separarme, disfrutar de la tranquilidad y pensar en el rumbo que ha llevado mi vida los últimos años. Gracias a las que me habéis entendido por abrirme los ojos y a las que me habéis criticado por abrirme la mente.