Tu problema radica en que a parte de trabajar como hace el, encima es que cuidas de vuestro bebe.

Si el cuidado fuera compartido, no solo es estar con el bebe es también mantener la casa limpia, hacer la compro, cocinar, pones la lavadora y todo eso, vuestra relación volvería ser como antes, incluso mejor.

Pero claro, el sigue como siempre, va al trabajo y de vez en cucando le hace monerías al bebe, y lo luce cuando salís por allí y con la familia, pero eres tu la que de repente tiene mínimo tres trabajos, el que te da dinero, el de niñera y el de empleada de hogar y se puede decir el de cocinera, y es normal que las cosas no te salgan bien, ya bastante es que no te despidan y que tu bebe haya cumplido año y medio.

Empieza a delegar, no intentes explicar tu cansancio, que lo experimente en primera persona.

Clásico caso de pareja perfecta mientras solo hay que encargarse de las cosas de dos adultos, que explota cuando llega el bebé. El 100% de las veces es tal cual cuentas, por el reparto de tareas. Antes no te dabas cuenta de que tú asumías más porque no tenía el agotamiento y la carga mental que añade un bebé. Cuando ellOs son corresponsables, no hay apenas crisis por bebé, porque a nosotras nos queda espacio y tiempo para oxigenarnos, sino te pasa como a ti, que te ahogas.
Lo increíble es que encima te diga que la casa está desordenada. No lo digas y hazlo, amigo. Si ves una tarea pendiente, la haces, no le reclamas a tu mujer. Un bebé no es un trabajo de 8 horas, es un trabajo de 24 y eso él lo tiene que tener interiorizado.
Van a tener que sentarse a hablar y le explones todo el trabajo invisible que haces y que se ponga las pilas.

No lo entiende porque él no hace ni la mitad de lo que tú haces, y encima tiene la cara de reclamarte que la casa esté desordenada??!! Vaya huevazos. O empezáis a repartir tareas y obligaciones 50-50, o acabáis en divorcio, o peor, tu cargando con todo como hasta ahora, y amargada y frustrada por ello. Ponte seria y que se encargue de sus responsabilidades, y si ve algo por hacer, que se calle la puta boca y lo haga, como el adulto funcional que es (o debería ser). Ánimo

Vete a donde sea (hotel, con tus padres, una amiga…) un fin de semana, de sábado por la mañana (antes del desayuno de la peque) a domingo por la tarde/noche (después de la hora de acostar a la peque), dejando una lista de lo que hay que hacer en la casa (lavadora, limpiar, compra, cocina…) y déjale solo. Móvil apagado. Que se apañe.

Y cuando vuelvas, quéjate del desorden. Si te dice algo, contesta algo como «y, además, entre semana, trabajo. Por cierto, qué talla de ropa usa? Y cuándo hay que volver al pediatra?»

Con suerte, se le bajarán los humos.

Quitando los comentarios de caca que te recuerdan que eres válida, que lo eres y que él es un «carretillero» (para llevar los huevazos que tiene) por donde estás pasando tú pasamos muchas, es todo un desafío encajar de nuevo después de la llegada de un bebé que alborota todo. Te recomiendo a parte del libro de Beatriz Cazurro «Los niños que fuimos los padres que somos» paciencia. Todo pasa, habla mucho con él, escribe mucho y desahógate. El peso de la crianza debería ser equitativo pero en tu caso, el mío y el de muchas no lo es. No estás sola.
En mi caso, con el paso de los días él ha ido entendiendo, ha ido adaptándose a su nueva realidad. Yo lo hice de golpe y él necesito tiempo y que ambos respetaramos el proceso de cada uno. Y después de 3 años estamos mejor que nunca, tenemos alguna que otra disputa, claro. Con la pa/maternidad surgen «baches» siempre.
Ánimo.