Cuando conocí a mi marido me tiraba para atrás ese tema (no era tan exagerado) y también alguna patada al diccionario al hablar. Un día hablando de él con mi madre se lo comenté, me costó horrores porque era todo maravilloso hasta q hablé de eso. Mi madre me vio tan agobiada que se partía de risa: «pero hija, que eso se aprende!! Tú pudiste aprenderlo de niña, pues él de mayor. Si le interesa y le interesas, lo hará. Yo lo veo culto, sensato, divertido, buena persona… y estáis encantados de estar juntos. De verdad, dale un tiempo».
Se lo di… Y menos mal!! Lo que me habría perdido!! Alguna vez mete alguna falta, pero las mínimas. Y si tiene dudas, no tiene problema en preguntar, que es algo admirable… Cuánta gente no pregunta por miedo al qué dirán, quedándose con dudas o datos erróneos!