Hace 5 años que me divorcié, y desde el momento que recuperé mi soltería la forma más fácil de conocer hombres, fue esa, chatear. De ahí han salido la mayoría de las parejas que he tenido desde entonces.

Alguna vez he utilizado las apps para ligar, pero me va más el rollo antiguo del chat. Si pudiera volvería a atrás y recuperaría el messenger con su zumbido, le echo de menos. Desde que lo cambiaron por el skype nada ha sido igual.

Así que me he hecho una experta «chateadora» -¿se dice así?-, y eso me ha ayudado a ser más selectiva.

Ahora ignoro a los que fundamentalmente tienen faltas de ortografía, sobre todo los que empiezan por un «Ola» me desgarra visualmente, porque no creo que eso sea falta de cultura sino de ¿ahorrar tiempo en una «h»?

O esos que empiezan a las dos frases «¿cómo eres?», e ingenua de mi al principio decía simpática, cariñosa, cabezota, extrovertida, culo inquieto,….etc
Y cuando me decían «Bueno eso está bien, pero y como eres de cuerpo?», y ahí empezaban las dudas -¿que le digo, gordita, rellenita (esto siempre me ha recordado a los pavos en navidad), gorda, ancha de caderas, con curvas -como si fuera una carretera sinuosa-, al principio era fatídico pensar en menos de un minuto en una palabra que no sonara a gorda, para que no perdiera el interés el chico en cuestión… Yo últimamente, desde que leí vuestro post sobre Hilda, les mando enlace a su foto,… es mucho mejor que decir 163, pelirroja, ojos marrones…

Ignoro también, a los que dicen sus kilos en su descripción, ¿quien se pesa? -yo no me peso- hace siglos que no lo hago, exáctamente desde que estuve con bulimia, ahora soy mucho más feliz, adelgazo y engordo, y no necesito saber con exactitud cuantos gramos, me alegro o me disgusto por lo que me sobra o me falta de ropa. El peso es un instrumento de tortura, yo mandaría a destruirlo. ¿A quien le importa cuánto pesas en una descripción? Yo digo la talla, la 46, a mi no me suben en un peso ni jarta vino, -bueno jarta vino… a lo mejor, jajaja- a mi personalmente me parece algo absurdo.

Los que te ofrecen sexo, sin saludarte ni ná, para que perder tiempo en conocernos vamos al lío nena…

Los que te hacen de psicólogos, hay algunos muy buenos a los que yo les convalidaría la carrera, pero luego son los típicos de «haz lo que yo te diga, pero no lo que yo haga», y después de aburrirte con frases típicas de Coelho, resulta que son unos amargados que no saben que hacer con su vida.

Los hay de todo tipo, y me encanta seguir descubriendo lo que puede salir de un chat, porque de vez en cuando sale alguno que merece la pena.

A fin de cuentas, yo lo recomiendo, si eres tímida, si te gusta hablar por los codos, y que si estás aburrida y no tienes nada que hacer es una buena forma de conocer gente.