Hola chicas, me llamo Alba y yo tenía un grupo de amigas de ‘las de toda la vida’, nuestras madres eran amigas de jóvenes y todas tuvieron una hija entre el 89 y 92. Crecimos las 5 juntas de barriga a barriga, somos muy distintas y nunca nos hemos ‘elegido’ es como nos tocó, como si fuéramos familia.
De pequeñas jugábamos juntas todos los findes de semana, probamos el alcohol a la vez, el primer beso de una era el primer beso de todas, crecimos a la vez y crecimos… diferente (?)
Éramos un grupo de amigas que no tenía nada que ver, no es como cuando vas con gente al instituto o a la universidad y te juntas con las personas que son afines a ti, para nada, aquí cada una teníamos una perspectiva de la vida en todos los sentidos y teníamos peloteras de las gordas que al final siempre superábamos con un café y paciencia.
El caso es que las Navidades de hace tres años la liamos parda, bueno, no voy a echarle culpas a nadie, la lié yo. Me empecé a sentir apartada, que no contaban conmigo, que no me tenían en cuenta. Empecé a poner indirectas por Twitter del estilo ‘para amigas así, quién necesita enemigas’. Era una cría, no llegaba ni a los 20. El caso es que en NocheBuena, cuando nos pusimos borrachas estalló la bomba, una de ellas empezó a gritarme lo que estaba haciendo con las indirectas, entramos todas al trapo, nos gritamos cosas MUY feas y me fui de allí llorando.
Desde entonces, hasta ahora. No nos hemos vuelto a hablar, ellas cuatro van juntas y yo no hablo con ellas en años, la única que intentó hacer de ‘mediadora’ fue Lola (que es más buena que el pan), pero yo en aquel entonces la mandé a paseo y le dije que la única que merecía la pena era ella, seguí tomandome algun cafe que otro con ella hasta que al final todo quedó en nada y ya ni con ella.
El finde pasado falleció su abuelo y yo se cuantísimo lo quería, me acerqué al entierro y lo vi todo de lejos, estaban las cuatro juntas, abrazándose y llorando y sola al final de la Iglesia (llevo sin pisar una desde la comunión) y me quise morir.
cuando pasó todo juré y perjuré que acabarían todas peleadas como cochinas, que no se soportaban entre ellas y que eso era más falsedad que otra cosa, pero verlas allí… Me partió el alma, me partió el alma porque yo perdí eso, yo no cuidé eso, yo no cedí. Mi egoísmo perdió la batalla y ahora no creo que jamás pueda tener algo parecido a lo que teníamos.
Chicas, si tenéis problemas con vuestras amigas o amigos, de los que son de verdad, por favor, luchad. Creo que hay momentos en la vida en los que son más importantes que una familia o una pareja.
Lo que daría por haber estado en ese banco con ellas, sufriendo y llorando, no echo de menos las cervezas y las risas, echo de menos la pureza de una amistad de verdad.