La primera vez que puse el primer capítulo de Euphoria no tardé ni veinte minutos en quitarla. Me pareció la típica serie de niñatos y drogas sin sentido y que se le estaba dando mucho bombo para lo que era. Sin embargo, bastantes meses después no recuerdo cómo, vi que había una niña gorda en el instituto, y dije, pues mira no es la típica serie de niñas guapas y delgadas que son las amas del instituto, le debería dar otra oportunidad porque igual me siento identificada con ella. Porque como ella, yo estoy bastante gorda.
La serie me ha enseñado cómo una chica gorda puede aceptarse, quererse a sí misma, ponerse la ropa que le da la gana y llamar la atención, gustar a los demás, y, lo más importante, gustarse a sí misma. Estando GORDA. Sí. Cosas que yo no creía posibles. Creo que a muchas, como a mí, os pasará que pensaréis que por tener una 48 no le vais a gustar a nadie, pero bueno, yo hablo por mí. Yo pienso que es imposible gustarle a alguien de entrada, que si gusto puede ser porque me conozcan al final y tal…..
Me he dado cuenta de que tengo como dos personalidades: cuando estoy gorda (porque no siempre lo estoy, he tenido bajadas brutales de peso en varias épocas de mi vida, pero eso es otro caso), me comporto de forma totalmente distinta a como me comporto estando «bien» (nunca he estado perfecta, dejémoslo en bien, en la media, en la normalidad). En esas épocas muestro a una yo bastante más extrovertida, segura de sí misma, que veo que gusto a los demás (no solo me refiero a chicos, también se acercan más amigos), que, aunque sabe que no es perfecta se siente guapa cuando se mira al espejo, usa la ropa que le gusta y me gusta cómo me queda. Me encanta ir a las tiendas de ropa que me gustan y comprarme ropa nueva y hacerme fotos.
Sin embargo, cuando estoy gorda, soy totalmente lo contrario. Me vuelvo introvertida, retraída, no salgo porque me da vergüenza y me comparo con las demás, si salgo soy muy callada, e insegura. Visto con ropa ancha que para nada me gusta, porque es lo que más me gusta que no llama la atención de lo poco que encuentro en las limitadas tiendas que me quedan para elegir, en fin, en esos momentos me gusta ser invisible y no destacar para nada. No me arreglo porque me miro al espejo y no me veo yo, no veo esa cara que me gusta cuando tengo 30 kilos menos, no me reconozco. Me aborrece mi físico y no lo acepto. En definitiva, ni me maquillo, ni me visto bien, y odio salir en fotos. También odio ser “la gorda” de todos los sitios.
Pero entonces veo a Kat en la serie, una chica al principio que, como yo, intenta no destacar entre la multitud con su ropa, maquillaje, sus gafas, que tiene complejos y quiere encajar en ese mundo donde las gordas no se ven bien… y que por distintos motivos da un cambio radical, empieza a usar ropa atrevida y apretada que marcan sus curvas, se quita las gafas y empieza a maquillarse mucho también, y le empieza a gustar esa nueva Kat. Pero si bien eso llama la atención yo creo que lo que más llama la atención es su cambio de actitud. Empieza a caminar con seguridad, pisando fuerte y diciendo «aquí estoy yo», no se avergüenza de quién es, le gusta destacar, y lo hace, y gusta a los demás. Se acepta a sí misma y a su cuerpo.
Me he dado cuenta (corregidme si me equivoco), que mis creencias son incorrectas, que llevo toda la vida equivocada pensando que ni puedo gustar a los demás ni a mi misma, y que todo depende de lo que proyectamos a los demás más que del envoltorio que llevemos por cuerpo. Que si tengo 50 kilos y me comporto de la misma forma que cuando peso 100 (callada, retraída), ¿le voy a gustar a alguien o se van a acercar a mí? Lo dudo. ¿Y sí, pesando 100 kilos me comporto como cuando peso 50, gustaré o se acercarán a mí? Pues ahora pienso que probablemente sí. Que sí, que igual habrá tíos a los que nunca pueda acceder porque son 100% superficiales, pero a otros sí. Que si ella llega a aceptarse con su celulitis, grasa, barriga, piernas.. si gusta a los hombres,…¿Por qué yo no iba a poder yo ser así también?
Entonces he pensado en cambiar mi actitud empezando por intentar cambiar esas creencias de «no puedo gustarle a nadie así», “tengo que ser invisible”, luego intentar aceptarme y gustarme tal y como estoy (porque si no me gusto también es improbable gustarle a los demás), y empezar tener la misma personalidad y comportamiento pesando 50 que 100 kilos, y también he pensado en que la próxima vez que vaya de tiendas o a comprarme algo de ropa, intentar salir de esa zona de comfort y ser algo más atrevida, comprarme ropa que realmente me guste sin pensar en el qué dirán los demás (“dónde va esa gorda vistiendo así”), ni esperando que me quede como si fuese la modelo de la foto, y no frustrarme por ello.
Creo que este es el primer paso para, por fin, después de 31 años empezar a aceptarme a mí misma, y si algo ha hecho ese “clic”, ese punto de inflexión y me ha hecho recapacitar, reflexionar, y replantearme mis convicciones y pensamientos, ha sido esta maravillosa serie que recomiendo a todas, porque al final todos los personajes tienen su historia detrás.
Me gustaría que me contaseis vuestras experiencias y si también pensáis lo mismo que yo.
Gracias por leerme y agradezco vuestros comentarios. Gracias.