Ayer por la noche me rompí. Llevo en un tira y afloja con un chico desde hace ya 3 años largos. En este tiempo hemos dejado de hablar en varias ocasiones, me intenté alejar por amor propio ya que ha estado constantemente jugando con mis sentimientos, y ya no puedo más. He decidido escribirle esta carta que nunca va a leer:
No quiero hablar más contigo porque estoy cansada. Cansada de tu indiferencia, del desinterés. De tener que ser yo siempre la que diga de quedar porque sino no te veo en meses. De aguantarme las ganas de decirte lo mucho que me gustas por miedo a que cojas mis sentimientos, y los tires a la basura.
Estoy cansada de cruzar dos palabras de mierda al día, cuándo venimos de un pasado en el que hablábamos todo el día.
Estoy cansada de tener miedo cuando quiero hablar las cosas o explicarte como me siento por si te enfadas y me mandas a la mierda. Porque “no quieres ralladas”. Qué triste es pensar que prefería sentirme insignificante con tal de mantenerte en mi vida.
No quiero conocer más personas, porque ninguna consigue hacerme sentir lo que siento desde que te vi por primera vez, y lo jodido es que sigo sintiendo lo mismo aunque me trates como la mierda más pequeña que existe.
Supongo que estoy esperando algo que nunca va a pasar, y es que vuelvas a ser el mismo de antes. El mismo que me daba los buenos días y las buenas noches cada día. El mismo que, cuando quedábamos, antes de irse me preguntaba cuando íbamos a volver a vernos.
Estoy cansada de sentir que soy yo el problema, que algo falla en mi. Que no soy suficiente para estar contigo.
Estoy tan, pero tan cansada, que decido soltarlo ya. No quiero seguir persiguiendo algo que no es para mi.
Ojalá algún día sanes y te permitas el lujo de querer y dejar que te quieran. Yo lo he intentado con todas mis fuerzas, pero no puedo más.