Tiene el sentido del tacto en el culo y parece un poco amargada (con el cortisol elevado, ira reprimida y con algún trastorno mental sin diagnosticar ni tratar). En el caso de la matrona se soluciona con un buen psicólogo y/o psiquiatra (dependiendo de su historial).
¿Que por qué suelto este tocho? Porque a ella también le podría hablar mal y «sugerirle» que en psiquiatría podrían abordar su problema y su frustración, pero como no tengo su historial al completo solo puedo opinar (para mí misma). Ella no es quien para decirle a nadie que no vuelva por su consulta. No existe el derecho de admisión.
Lo que puede hacer la gente en estas situaciones es (en este orden):
Utilizar una grabadora de audio antes de entrar en la consulta para que las palabras no se las lleve el viento (no necesitáis pedir permiso al otro interlocutor).
Presentar una reclamación.
Solicitar que os cambien de profesional.
Si la situación se repite con el otro profesional, tomar medidas legales.
Las cosas las pueden decir con más tacto.