Mi vida siempre ha sido fácil si la ves desde fuera y como una cárcel desde dentro, por ser rica como diríais las demás. Al final también lloramos si, por defecto, por exceso, pero lloramos.
Para bien o para mal siempre he sido la niña buena y consentida de la familia por ser la pequeña, llegué, digamos, un poco a destiempo, y me llevo unos años con mis hermanos y mis primos. Somos una familia un poco grande. Como desde pequeña me he limitado a hacer lo que todos querían pues bien y sin problemas, piano, ballet, coro, trenzas y sonrisa perenne.
Pero nada es para siempre y yo crecí, a pesar de vivir en un círculo cerrado de colegio y amigas, me dio por tener personalidad propia y empezar a decidir por mí misma e incluso a tener opiniones propias, que osada por mi parte. Aunque os parezca mentira, en mi familia a estas alturas de la vida, las mujeres siguen, porque yo me niego, siendo floreros, penoso lo sé.
Estudios si tenía que tener, pero solo para aparentar y parecer culta y refinada y encontrar un buen marido, que ya buscara mi madre si eso para formar una familia feliz, la cual me encargaría de cuidar. Vamos que lo más que iba a llegar era a ser organizadora de eventos privados, los que mi marido me ordenara, por supuesto.
Empecé Ciencias de la Información, algo con bastantes salidas para poder empezar a escaparme, en una universidad privada, no me iba a mezclar yo con la plebe no fuera que se me pegar algo. El primer año más o menos bien, el segundo ya empecé con temas de prácticas y a hacer cosas por ahí y ya eso no les gustaba a mis padres. Con cosas me refiero a escribir en páginas web, salir por la noche por bares normales sin reservado ni lista vip, irme un fin de semana a una casa rural.
Sufrí los castigos de cuando eres pequeña pero en otra dimensión, primero me sacaron del colegio mayor y volví a casa y me quitaron el coche, Me llevaban y me traían todos los días y así me tenían controlada. Si llegaba tarde a casa, me quitaban la tarjeta, como si fuera una niña pequeña, caprichosa consentida diréis que soy. Pero las cosas en esta familia son complicadas.
Conocía a un chico, de los que no gustaría en mi casa ni de lejos, supongo que mi rebeldía interior me llevaba a fijarme en los peligrosos y descubrí que tener dinero está muy bien y hace las cosas muy fáciles, pero intentar ser feliz es un subidón mayor de adrenalina.
La frase de te vamos a desheredar la llevo escuchando tanto tiempo que ya no tiene efecto sobre mí, pero con lo del chico este parece que la cosa va en serio y el que me ha amenazado es mi gestor. No pienso ceder, este chico me gusta y vamos a seguir saliendo y suena fatal, pero si tengo que ser pobre, lo seré pero al menos seré libre y feliz también.