Jolín, cuántas andamos parecidas…
Gracias por el comentario hacia las ofendiditas, efectivamente, todo no es rosa ni blanco o negro. Las personas se cruzan en momentos delicados y no elegimos de quien nos enganchamos, aunque sí somos responsables de cómo gestionamos dichos cuelgues y claro está que la dobles vidas no son la opción correcta.
Por el motivo que sea, sentimos atracciones irrefrenables por ciertas personas que no debemos (y creo que cuanto más exquisitas somos y más “rectas” moralmente, peor nos entra cuando nos entra), bien porque estemos en una relación o bien porque el contexto que nos ha puesto en el camino a ambos sea totalmente inoportuno (véase tu relación alumno – profesora). Es entonces cuando debemos mantenernos fríos y tomar una decisión que no haga daño a nadie.
Que puedes seguir conociéndole un poco más y ver si te gusta más allá como para dejar a tu pareja, genial, pero ten cuidado porque no lo estarás haciendo bien y si te pillan, vas a hacer daño innecesario… Que resulta que pasa el tiempo, te pillas y no sabes cómo salir de ahí, pero no quieres dejar a tu pareja, lo vas a pasar mal… por la situación en sí y por no poder si quiera llorar a gusto o estar de bajón cuando tu chico comparte vida contigo.
Decirte que lo dejes de raíz es la teoría y es lo que yo haría de no haber estado en tu tesitura, pero nadie escarmienta por cabeza ajena y debes darte la oportunidad de explorar tus sentimientos mientras seas capaz de mantener el control. Pero prepárate para pasarlo regular.