Hace unos meses estuve una temporada trabajando en otro país. Durante ese tiempo conocí a un chico de allí y tuvimos varios encuentros. Ambos sabiamos que yo me iba a volver a España y a pesar de que nos gustamos mucho y tenemos mucho feeling ya acordamos que seríamos solo amigos con derechos. Los dos hemos tenido relaciones a distancia en el pasado y no nos ha funcionado, así que decidimos mejor dejarlo así.
Hemos seguido hablando durante este tiempo y hace unos días me comentó que tenía dias libres en el trabajo y que quería venir a verme a España y pasar unos días juntos. Yo accedí ya que a mí también me apetece mucho. Ya ha sacado vuelo y yo quedé en acogerlo en mi casa pero justo anoche me dijo una cosa que no me gustó demasiado.
Estabamos chateando y otra vez dejamos claras las cosas de que seguimos siendo amigos con derechos, pero acto seguido soltó una frase que me revolvió un poco por dentro: «vamos a usarnos mutuamente». Usarnos. Esa palabrita fue una punzada dentro de mí. Vale que ninguno de los dos quiere nada serio, pero tampoco quiero usar a nadie… O al menos yo. No se por que pero eso me ha echo verle de otra manera y ahora ya ni me apetece que venga de visita. Es más, no me apetece ni hablarle. Me ha sentado mal que me diga eso y me dan ganas de decirle que si quiere usar a alguien que se busque una tía de allí de donde es él y a mi me deje en paz. Ahora no se que hacer, tiene ya el billete y viene en una semana.