Después de un verano increíble,chicas, empieza septiembre y me pide tiempo, tras un mes caótico decido presentarme en su casa para hablar, y corta conmigo…

Ha sido mi primera pareja y el hecho de que haya sido una relación lésbica, ha supesto en mi vida una liberación sexual y personal totalmente abierta a nivel de amistades y familia.

Quizá a finales de agosto no quise ver las señales, o no las percibí. Lo que veía en ella era un bajoncete por una serie de circunstancias ajenas a la relación, pero no era así.

Me pidió espacio por whatsapp. Serían un par de días en principio y nos veríamos aquel fin de semana. Resultaba que se sentía muy agobiada por la relación, que se sentía obligada a hacer cosas que antes sí le apetecían como vernos, que habían sucedido en esos días cosas que no me había contado, que se había dado cuenta que necesitaba centrarse en sí misma, etc.

Aquel finde no nos vimos, ni si quiera la siguiente semanas, ni la otra, ni la otra… Me sentía totalmente vacilada, triste y confundida. Quería hablar todo esto y entender porqué y arreglarlo, joder. Percibí que, además yo priorizaba esto mucho más que ella, pues trataba de posponerlo una y otra vez… Me llegó a decir que no podíamos vernos porque tenía una sesión de fotos.

Sí, llegué muy bajo, pero me importaba mucho. Lo único que ya entre las opciones quedaban aquellas que no me gustaban… Finalmente, decidí que tenía que ir a verle y hablar. Trató de posponerlo, pero fuí a hablar con ella.

Mientras hablábamos le sentía distante y evitativa. Quería quitarse ya esto como fuere. En cualquier caso, no sé como puedes decirle a alguien que le amas y tratarle de ese modo… Ese modo es decir que no tengo cabidad en su vida, que la etiqueta de novia le queda grande, que tiene que caminar sola a partir de ahora, pero que no quiere me vaya de su vida.

Me propuso, por último, que, en cualquier caso, mantuviéramos el contacto, y que quizá, más adelante pudieran volver a darse las cosas. Que era la persona correcta en un mal momento.

Yo no sabía qué decir; por más que puedas hacerte a la idea, no es lo mismo vivirlo de primera mano.

Pasaron las semanas, y para mí, se mantuvo una pequeña llamita encendida. Quizá si aceptaba aquella «amistad» podríamos volver a tener una nueva oportunidad. Le mandé una carta haciéndole ver esto, pero no la respondió.

Un par de semanas después, hablé con una amiga a la que no le había contado todo esto. Me dijo que no era tarde, que todavía había solución, que realmente necesitaba mi apoyo, y que fuese el día siguiente a verla. Y eso hice.

Me presenté cerca de su casa por sorpresa, pero se había mudado y le tuve que decir que estaba por allí, que donde vivía.

Accedió a verme, y me invitó a su piso. Mi primera impresión al verla me trajo una felicidad que se esfumó sumamente rápido cuando al paso de la conversación me di cuenta de que hablaba con una persona desconocida y que trataba de hablar con el fantasma del pasado.

Para ella, tampoco fue una buena impresión. Principalmente, por el hecho de presentarme porque sí y de sorpresa para verle. Se sentía disgustada de que no le hubiera avisado.

Con el avance de la conversación, le hice ver que necesitaba terminar aquella conversación que para mí se quedó abierta porque fui incapaz de expresar todo lo que me pareció aquello. Además quería ofrecerle mi amistad y que más adelante se fuera dando todo.

Percibí que su «sí» era casi obligado. Me dijo que no quería una amistad porque sabía que una cosa llevaría a la otra y acabaríamos igual, en una relación y no quería enamorarse, tenía miedo de tener sentimientos de nuevo. Para añadidura, le conté que yo tenía sentimientos por ella y por eso estaba allí, porque tenía ilusión de poder recobrar de las cenizas, el fuego. A lo que ella alegó que no sería posible una amistad porque se había desenamorado de mí, ya no tenía sentimientos y me había olvidado…
Y no quería hacerme daño…

De verdad, en ese momento, es como que no comprendí nada. El mundo se me caía encima y el peso lo sentía en mi garganta.

A lo que añadió: …además yo ya me estoy acostando con otras personas.

Si lo anterior era fuerte, esto terminó de rematarlo.

Ya no me intersaba nada de lo anterior, le dije que respetáramos nuestro tiempo de duelo tras la ruptura y ya la vida se encargaría de volver a unirnos.

Nos dimos un abrazo y nos despedimos.

Tengo que decir que antes de coger el bus, le mandé un mensaje por whatsapp en que le deseaba lo mejor,le agradecía todo y además le decía que ojalá la vida nos volviera a sorprender xD

Ella me respondío: que me desea que encuentre a alguien que me valore y me quiera mucho.

En fin, a todo esto, tengo que añadir detalles: como el sentirme tan «agua pasada» para ella, que tuviera que hablar con ella y sus amigas delante, que tratara de «echarme» discretamente en ambas ocasiones, y que me vendiera una moto con bastantes contradicciones… Como contarme la primera vez que dejaría de fumar porros y empezaría a ir a terapia sicólogica para que le ayudase con aquel bajón que venía de largo y otra serie de cosas… Y la segunda vez, te encuentras que se fuma una media de 3 porros al día, a parte de tábaco, pero que entre todo lo que tiene ahora (su trabajo familia y amigos) ha encontrado «una paz». O incluso, conocer gente y tener sexo implican una serie de sentimientos/emociones. ¿Crees que no pueden surgir tarde o temprano?

Sé que todas tenemos nuestro proceso interno, nuestra manera de digerir y aceptar las cosas. Para ella, este duelo seguro que empezó mucho antes que el mío y ¿por qué no? También ha terminado.

Pero hay cosas, que no me resultan justas. A todo esto, os tengo que decir, chicas, que me considero muy intuitiva y sé si la gallina cruzará la carretera o no. Otra cosa, es que le haga caso.
Lo que os puedo decir es que yo intuía que en ambas ocasiones me ocultaba algo. Me alegó que no había habido terceras personas, que no era mi culpa lo que le ocurría, etc.

Sí, sé que estoy buscando un porqué. Cosa que no debería hacer porque es lo que más duele y te estanca, no te permite avanzar. Pero ya no sé qué pensar: encontré señales claras, vacíos donde el discura resultaba incoherente. En fin…

Voy entendiendo o quiero hacerme entender que le dejé de gustar y punto. Yo estoy en mi proceso de duelo aún. Es mucho más duro cuando eres una persona emocionalmente dependiente (¿otra posible razón?). Además, tenía altas. expectativas en la relación por la cantidad de cosas enriquecedoras que encontré.

Ahora estoy en una etapa de estancamiento y reflexión, de cierre de heridas y espero salir más fuerte. Desde luego, estoy aprendiendo una valiosa lección y lo agradezco de corazón.

Gracias por leer mi historia!