Tengo 35 años y vivo en una ciudad pequeña. Entre los 18 y los 28, por motivos de estudios y trabajo, estuve viviendo en otro sitio. Allí tenía mis amigos, mis ligues, mis planes, en fin, lo típico. Hasta que me quedé en paro y tuve que volver temporalmente con mis padres. Al poco me salió un trabajo en mi ciudad natal y aquí me quedé. Pero claro, mi círculo está a 200 km. Mis amigas de infancia viven fuera y me avisan cuando vienen, pero la mayoría del tiempo no están aquí. Y la gente que he conocido en este tiempo tienen sus parejas, hijos, amigos… que para una salida de vez en cuando guay, pero al final hay muchos fines de semana que me quedo sola y sin plan. Hasta ahora en esos fines de semana sin planes me quedaba en casa lamentándose… Hasta hoy. Hoy hacía un día estupendo, muchísimo calor y vivo en un sitio de playa. Pues he cogido mi bikini y mi toalla y he pasado una tarde estupenda. Vamos, que pienso pasarme todo el verano yendo cada finde que me quede sin plan.
Seguro que algunas pensáis que esto es una estupidez. Pero para mí es un paso importante porque he perdido el miedo absurdo a que la gente me mire raro por ir sola. Que, sorpresa, nadie me ha mirado raro. Y lo quería contar aquí porque a menudo escribe gente en el foro que se siente sola, bicho raro y se aburre. Y a quien se sienta así, decirle dos cosas:
1- De bicho raro nada. Hacer amigos y coincidir con ellos en espacio y tiempo libre no es fácil, y menos a ciertas edades. Nada de sentirse culpable por ello
2- Si te apetece hacer algo hazlo. Aunque nadie pueda o quiera acompañarte. Nada de quedarse en casa quejándote. Yo lo he hecho durante demasiado tiempo.
Nada, que será una estupidez, pero me siento empoderada.