No te quedes con lo malo, si no que eres una buena persona y que has cumplido y siéntete bien por ello,ellos son gentuza

A mí me pasó estas Navidades pasadas en carrefour, bueno realmente a mi marido porque yo no me enteré del tema hasta que vi que mi marido firmaba y cuando vi que hacía ruidos pidiéndole la donación ya dije: espera espera….ni un duro. Se puso todo agresivo y empezó a insultarnos (si, el mudo), nos alejamos de él y le vimos intentando estafar a más gente. 5 minutos después vinieron los vigilantes de seguridad de carrefour y le echaron.
Lo peor? En la hoja figuraban las cantidades que había «donado» la gente, y habían un montón, incluso de 50, 40,20 euros…
Vamos que aún has salido bien parada si solo te han estafado 5 euros.
No te sientas mal, tú has hecho lo que te ha dicho tu corazón, la culpa no es tuya, es de esos sinvergüenzas asquerosos.

A mi me pasó también hace un montón de años, creo que yo tendría 16-17 años, y eso, vino un chico «sordo» y nos señaló los papeles con las firmas y tal, y a ver…con esos años poco nos sacó a mi amiga y a mi, creo que le di 50 céntimos, pero mira, poco a poco van juntando.
Yo lo siento pero no suelo dar nada a nadie, he visto tanta gentr pidiendo dinero en la calle y luego vuelves a pasar y están hablando con un movilaco, o pidiendo para comprar comida para los hijos pero, o que causalidad, que no quieren que lo compres tu, que quieren solo el dinero y ya lo comprarán……ya no me fio de nadie

Ayy te respondo a ti y a la chica del post.
A mi también me ha pasado, creo que la vez que me pasó di 2€ y porque me los pidieron al final de firmar porque yo ni me di cuenta de que querían dinero, pensaba que era una recogida de firmas o algo así. Y me sentí mal por lo mismo, estafada.

Y en Granada, una vez una chica del Romero me leyó la mano (ya ves tú qué no dijo nada) pese a que yo me negué y encima tuvo la desfachatez de pedirme 5 euros. Le dije que no de coña que yo no le había nada y que me había leído la mano porque ella quería. Y me fui. Y eso que soy de la ciudad, que al menos por la forma de hablar debería haber sabido que no iba a darle ni un duro.