Hola!
No sé muy bien si esto encaja aquí pero no tengo ni idea de dónde ponerlo. Y tampoco sé muy bien por dónde empezar.
Veréis, hace 16 años conocí a un chico (Leo), era el amigo del tío que en aquel momento me molaba (Dani). Lo conocí en verano, en el pueblo donde vivían los dos, a 600 km del mío. El caso es que a los dos meses de aquel verano, Dani se vino a vivir conmigo como compañero de piso en el extranjero. A Dani no solo no le interesaba yo como pareja, sino que acabó portándose fatal conmigo. Tanto es así que nuestra relación de amistad, porque nunca pasó de eso, se acabó en el mismo momento en el que volvimos a España. De hecho nunca hemos vuelto a vernos ni a saber el uno del otro. Con Leo, sin embargo, fue diferente: desde el primer día en que me fui a vivir al extranjero fue un apoyo para mí. De hecho se convirtió en mi paño de lágrimas, era a él a quien le contaba lo mal que Dani se portaba conmigo y hablábamos de todo a todas horas, nos pasábamos muchas horas chateando y enviándonos sms.
Cuando yo volví a España la relación con Leo siguió igual de intensa, seguimos pasando horas chateando y empezamos a ver que nos gustábamos, pero vivíamos tan lejos… Al final, 3 años después de conocernos, organicé un viaje con mis amigas a su pueblo y pasó lo que los dos esperábamos: nos acabamos liando.
Lo peor fue que el viaje llegó a su fin y nos tuvimos que despedir hasta “no se sabe cuándo”. Yo en aquel momento hubiera hecho cualquier locura por él, pero el puso la cordura y entendimos que no podíamos estar juntos porque nuestras circunstancias personales no nos permitían mudarnos al pueblo del otro a ninguno de los dos y lo de la relación a distancia no era una opción para nosotros. Así que yo volví a mi casa, encoñada perdida, pero feliz de haber pasado aquellos días con él.
Y seguimos chateando/WhatsAppeando prácticamente igual, nunca hemos perdido esa relación de “amistad especial”. Nada ha podido con ella, era como nuestro pequeño secreto, algo especial que teníamos él y yo y que nadie podía tocar ni destruir. Pensad que han sido 16 años así y que, de hecho, por en medio tuvimos otras parejas y yo incluso me he casado y he sido mamá. Pero Leo siempre ha estado ahí. A veces me sentía un poco mal, porque quizá era como engañar a mi pareja, pero nunca he podido dejar esa relación de “amor platónico”. Y es totalmente platónico porque, en realidad, solo nos hemos visto dos veces: el verano que lo conocí y 3 años después en el viaje que hice con mis amigas. Y aunque en más de una ocasión hemos fantaseado, nos hemos tratado como “novios virtuales” y tenemos una palabra/mote para llamarnos que solo usamos el uno con el otro… no hay nada más allá de una pantalla de móvil.
Sin embargo hace algo más de 3 años murió su padre y desde entonces lo noto un poco más borde y más arisco de lo normal. Cosa que ha ido a peor en el último año. Y es que en los últimos meses me ha llegado a contestar bastante mal, llamándome “pesada”, me dijo una vez que iba a dejar de hablar conmigo por mis orientaciones políticas (bastante contrapuestas) y cuando le dije que me estaba haciendo llorar con esa amenaza inmediatamente me pidió perdón y me dijo que se había pasado 4 pueblos, que a veces pensaba en hacerlo con conocidos o familiares pero que conmigo no podría hacerlo, que yo era demasiado especial (algo que me ha repetido bastantes veces en estos 16 años).
Pero el pasado mes de marzo, de repente y después de una pequeño encontronazo por nuestras opiniones diferentes dejó de contestar mis mensajes durante unas semanas, leía mis mensajes y los dejaba en visto. Esto fue hasta su cumpleaños, cuando le felicité y me dio las gracias pero me dijo que seguía castigada (aún no sé muy bien por qué me “castigó” pero a los dos días de su cumple ya estábamos hablando como siempre). Y la última fue en el mes de junio, también después de una discusión (esta vez algo más acalorada) sobre política. Desde entonces no solo no me contesta, ni siquiera lee mis mensajes. Eso sí, subí una foto a mi Facebook con un cambio de look y le puso un “me enfada” (me corté el pelo y me hice flequillo y a él le gusta el pelo largo y odia los flequillos).
Total, que estoy un poco superada por la situación porque de verdad que no sé qué pensar de su actitud. No creo que la discusión fuera para tanto como para comportarse así. Tampoco entiendo lo de su reacción a su foto si lo que quiere es no saber nada de mí ni que yo sepa de él. No sé si es otro “castigos”, ni cuánto pretende hacerlo durar esta vez o si, por el contrario, no quiere volver a tener ningún tipo de relación conmigo. Pero llevo muy muy mal que lo que está haciendo lo está haciendo sin darme ningún tipo de explicación. Me desespera, de verdad!
¿Cómo lo veis? ¿Es normal su comportamiento? ¿Es normal que yo esté así de descuadrada? Yo lo que necesito es una explicación, una certeza (si es que no quiere volver a saber de mí, pues lo asumiré con todo el dolor de mi corazón, pero al menos sabré qué quiere, qué piensa… ) ¿Alguien me entiende o me he vuelto majara? Decidme, porfa!