Es un asunto muy personal, pero como vienes buscando consejo, te diré lo que yo veo: está genial tener una alimentación basada en el realfood, de hecho yo en casa también la llevo, pero eso no me impide comer mal si hay un cumpleaños.

Leyendo tu post si hay algo que tengo claro es que no sois nada flexibles si llega una fiesta y tu hijo tiene que pedirte permiso y tu misma dices «es que si digo que no…». Creo que precisamente la base de una alimentación saludable es establecer una relación emocional que sea sana con la comida, y sé que es redundante lo que he dicho, pero matizo: todo lo que has logrado hasta ahora, que coma en casa fruta y verdura sin problemas, se irá al garete si le haces sentir culpable o que está haciendo algo malo si en un cumple como algo puntual y esporádico come marranadas.

Obviamente es tu hijo y tú decides, pero entonces no digas que sois flexibles porque no le dejas lo que él quiere comer en una fiesta y le metes con calzador que coma primero plátano y manzana, que las comerá estoy segura casi todos los días en casa.

Creo que te hace sentir mal porque eres consciente de que en este aspecto, a lo mejor, no lo estás haciendo del todo bien. Lo que tienes que hablar es que en casa y diariamente la alimentación es sana, pero que si hay cumples o un día en casa os apetece saltaros la dieta que lo haréis sin problema, incluso podéis hacer un día de la pizza en casa y la hacéis vosotros mismos.

Opino que es muy difícil ser madre/padre y más en el tema de la alimentación, pero privar a tu hijo de esos eventos o encararte tampoco lo veo la solución.

Hola! La familia de mi pareja cuando él era pequeño eran también un poco así con la comida (en aquellos tiempos no existía el concepto realfood pero me entendéis). Nunca compraban guarrerías en casa aunque en los cumples y eso sí comía. El resultado es que al hacerse mayor y tener su dinero e independencia se ha comprado todo lo habido y por haber y daba miedo verle comer guarrerías porque se podía comer un paquete de galletas, una bolsa de papas y 3 helados de una sentada. Él por suerte está sanísimo, es deportista y no hace esto a diario ni mucho menos, y además desde que vive independiente y en su casa puede comprar de todo ya no le entra esa ansiedad por atiborrarse.
Mi consejo es que aunque lo estáis haciendo bien, seáis un poco más flexibles con el peque, compréis de vez en cuando alguna cosita y en los cumples que coma lo que quiera. Si al final el 90% de su alimentación es sana, por algún capricho no le va a pasar nada y no se sentirá culpable si lo come

Aquí cada uno te va a dar su opinión personal. ¿La mía? tu hijo me ha dado pena… ya come bien en casa a diario, porque un día que va a un cumpleaños coma mal no va a enfermar… vamos, a mi lo que describes no me parece ser nada flexible. Y lo dice alguien a quien la crio una madre a base de comida casera, nada de procesados, precocinados, refrescos, bollería… en mi casa apenas había dulces, ni chuches, solo de vez en cuando una bolsa de patatas fritas… pero si algún día íbamos a algún sitio pues era la excepción. Y bueno, que he crecido bien… soy consciente de lo que es comer bien y sano e intento practicarlo, pero también tomo mis propias decisiones, como hará tu hijo cuando sea mayor.
Si no estas dispuesta a ceder un poquito, veo imposible que las madres no dejen de hacerte esos comentarios, ni que tu niño se enfade por sentirse el diferente… porque evidentemente lo está siendo.

Creo que está bien que el niño aprenda a comer sano y variado pero que al pobre se le prive de comer chuches y demás en un cumpleaños o en alguna ocasión especial es pasarse.
Decís que os adaptais pero no lo parece,la verdad.

Te entiendo. Nosotros también lo hacemos así, entre otras cosas porque en mi casa no es que hubiese, es que me atiborraban a guarradas porque «a los niños les gustan» y fui una niña con obesidad y adicción a la comida, que terminó como una adulta anoréxica y una autoestima bajísima. Aprendí lo que se debe comer en el día a día para estar bien y por suerte di con una pareja que comparte esta visión y así estamos criando a nuestra hija. Reconozco que me cuesta ser flexible pero al cumplir los dos años, decidimos que si un finde vamos de paseo y nos apetece un helado, por ejemplo, podemos tomarlo y así lo hacemos. Esto no nos requiere ningún esfuerzo, mi hija tiene dos años y no sabe lo que es la coca cola pero ahora empiezan los cumpleaños y la verdad es que también me preocupo un poco. Una cosa es que una tarde coma patatas fritas y tarta de cumpleaños pero no veo la necesidad de ponerles a los niños una mesa llena de comida que es de todo menos comida. Entonces respiro y pienso que la comida es algo social también y que ella se sentiría excluida de su círculo si dejamos de ir o si no la dejo participar de la mesa. Lo que sí que tengo vetado por ahora, por su edad y porque todavía no tiene muchas muelas, son los caramelos y las gominolas por el riesgo de asfixia. Alguna vez me han dicho que se lo quite yo, que ellos no quieren ser los malos. Pues mira, según cómo se mire, en este caso serían los buenos porque la estarían salvando de un peligro pero nada, si no quieren, me toca a mí seguir siendo quien vele por su seguridad. Tú sabes que lo estáis haciendo bien.