Antes de nada, pido perdón por lo crudo de la situación que voy a contar. Pero creo que estoy en un punto en el que realmente necesito una visión externa del problema.
Llevo poco más de un año de relación con mi novio y hasta ahora hemos estado fenomenal. Él es una persona muy detallista, cariñosa y abnegada, pero hay un dato a tener en cuenta: hasta hace escasas semanas estaba siendo el cuidador principal de un padre enfermo. Llevaba tres años cuidando de él mientras una enfermedad degenerativa poco a poco le iba dejando más inválido, al punto de tener que ser la persona que le levantaba por las mañanas, le daba la comida y le acostaba por las noches. Me cuenta que él hizo el duelo hace mucho; sabía que su padre no duraría más de un par de años y lo tenía asumido. Ahora, su padre ha fallecido. Y él lo describe como que se ha quitado un enorme peso de encima y no se nota «especialmente triste».
Por otro lado, yo hace unos años caí en un episodio de anorexia bastante heavy, que me llevó al infrapeso y a terminar ingresada en un centro con riesgo de morir. El episodio remitió por sí mismo, ahora tengo un peso normativo así que tampoco le di más vueltas.
Hasta ahí todo bien.
Dónde está el problema diréis… pues que hace una semana hemos descubierto dos cosas: la primera, él tiene síndrome de burn out del cuidador. Y yo estoy recayendo.
Lo descubrimos casi a la vez. Un día, haciéndome la cena, me puse a llorar sin motivo aparente. En un primer momento él se preocupó, hablamos, me estuvo apoyando y todo bien. Le dije que creía que estaba volviendo el trastorno y me comprometí a buscar ayuda. Pero en un momento dado de la converesación él se bloqueó, se apartó y me comentó que «siento si sueno duro, pero ve mentalizándote de contarle esto sólo a tu psicóloga porque yo no soy capaz de cuidarte ahora mismo».
Le dije que lo entendía y que no se preocupase. Que ha pasado muchos años entregado a los demás, que es normal que ahora mismo algunas situaciones le abrumen. Que está pasando por un duelo y necesita priorizarse. Y yo lo entiendo.
Pero ayer volvió a explotar el conflicto. Haciendo uno de los ejercicios que me había enviado mi psicóloga, me derrumbé. Me puse a llorar y me encerré en el dormitorio. Él me dijo que iría conmigo cuando terminara el partido de fútbol que estaba viendo. Pero el caso es que estaba seco, apático, distante. Y verme así, derrumbada con un novio totalmente bloqueado a mis necesidades, me contectó con otras relaciones donde siempre he sido la última, lo menos importante, la pesada, la hipersensible.
Esta mañana hemos discutido y la verdad es que no encontramos un punto medio. Él se da cuenta que está quemado, que ahora mismo simplemente, no puede cuidar. No le sale. Está bloqueado. Y yo estoy intentando mentalizarme que tendré que pasar mi episodio de anorexia sin contar con él, tirando de mi psicóloga, mis amigas y mis propios recursos. Pero por algún motivo duele muchísimo pensar que tengo una pareja que no va a estar para mí, aunque se suponga que me quiera.
No sé cómo hacer para que no me duela ver su cara de inexpresividad cada vez que me derrumbo. No sé como meterme en la cabeza que él, por sus vivencias, ya no puede conectar con mi dolor. Y lo peor de todo: no sé si esto es permanente, si ha cambiado para siempre. Si ya no recuperaré al chico amable y abnegado que conocí.
Y si no le recupero, ¿estoy dispuesta a vivir el resto de mi vida en una relación donde no se me ve?
Perdón lo dramático del discurso, pero necesitaba soltarlo. Por favor, no seais muy crueles. Ambos lo estamos pasando mal.