Si doy la impresión que no sé que es la demencia, os aseguro que lo sé muy bien.

He sido muy paciente cuando estaba sano. Me acosaba, no me dejaba en paz, decía que era una inútil, que no valía para nada, «perlas» diarias como esas. Pasé mi juventud amargada por su persona. Mi madre igual, soportando los maltratos hacia ella.

UN PUTO MALTRATADOR PSICOLÓGICO, si no os dais cuenta de ello, apaga y vámonos.

Ambos tenemos fuerte carácter, chocamos mucho y mi madre estaba en medio de los dos cuando vivía en casa, ahora está en el centro y no lo tenemos que aguantar.

Suena duro y da la impresión que me alegro de la demencia, NO, NO ME ALEGRO, al contrario, su carácter empeoró. Es un crío, que siempre quiere salirse con la suya, en el cuerpo de un anciano de 77 años. Digo anciano porque lo es, ha pasado de adulto mayor a anciano en dos años.

Mi madre y hermana saben como tratarlo, decirle si a casi todo y luego hacer lo que mejor convenga para su persona. Yo no puedo, estuvo en casa desde septiembre 2020 hasta mediados de abril del 2021, la demencia avanzó aun con su medicación. Yo me pasaba todo el tiempo en mi dormitorio, donde tengo mi portátil y escribo este mensaje.

Como no está incapacitado legalmente, no podíamos ingresarlo en la residencia, tenía que ser él quien quisiera ir. Si lo llegamos a ingresar forzosamente, atacaría a mi madre llamándola de todo menos bonita. La incapacidad legal llegará, no sé cuando pero llegará.

No consigo que mi madre ponga el «modo avión» para desconectar unas horas, lo necesita. Hoy día 2 de octubre se va de viaje a Italia con mi hermana, se lo merece y sé que se lo pasará genial. Vuelve el 11.

Sobre mi hermana: Le metió mierda en la cabeza, antes de operarse de la espalda en el 2019 y ser diagnosticado con demencia a principios del 2020, no ahora. Ella sabe muy bien que nuestro padre está enfermo y como tratarlo.