Hola chicas, os leo hace un tiempo y me he decidido a escribiros. No sé qué busco realmente, supongo que solo desahogarme. Espero no enrollarme mucho (que lo de resumir nunca se me ha dado bien). Por si acaso, perdón de antemano por ser pesadita y por si he encajado la historia donde no debía.
La cosa es que mi relación con mi cuerpo nunca ha sido buena. Mido 158 y peso unos 67kg. Estoy gorda. Me sobran kilos. Me da igual el nombre que se le ponga, pero mi espejo me dice que me sobran carnes. Hace dos años que tuve a mi hija y aunque me recuperé muy rápido (me quedé por debajo de 60kg, ¡lo que nunca!) en el confinamiento volví a engordar. Y os aseguro que intento llevar una dieta equilibrada y sana (con algún que otro caprichillo para evitar obsesiones y atracones), pero es cierto que no tengo mucho tiempo para el deporte (para que os hagáis una idea estoy fuera de casa por trabajo de 6.30 a 18.30 y trabajo sentada y a las 20.00 empezamos con baño, cenas, dormir a la peque, un ratín en pareja y a dormir).
Desde siempre odio ir a comprar ropa. La ropa que me gusta no me queda bien y la que me queda bien no me gusta. Al final mi forma de vestir es un poco de supervivencia. Solo voy “de tiendas” cuando realmente me hace falta. Y suele ser un infierno: la «ropa de moda» no está hecha para mi cuerpo, no me encaja, estoy gorda para esa ropa. Pero para la ropa curvy, que también hay verdaderas monerías, tampoco, estoy delgada para estas tallas. ¿Qué hago?
Y ahora NECESITO ropa. Ya la necesitaba antes del embarazo, pero ahora más que nunca. Medio armario no me vale (peso más que hace dos años) y la otra mitad está vieja y se nota. Así que voy vestida casi siempre igual, tengo que hacer malabarismos para no repetir ropa para ir a trabajar cinco días seguidos.
Nada de lo que hay en las tiendas me queda bien: las faldas midi me quedan en un punto de la espinilla que me quedan feísimas (descartadas), los crop-top/jersey me lucen michelín (descartados también), la ropa oversize me hace mesa camilla (descartada), pantalón campana me queda largo y al cortarlo le quito prácticamente la campana y la gracia (descartados), pitillo (bueeeeeno, pero se me ceden enseguida y quedan feos en las piernas), bodies por dentro de los pantalones (descartadisisisisimos), faldas cortas pasables pero no encuentro combinaciones para la parte de arriba… unido a la moda de las zapatillas y no tacones. Una pesadilla!
Imagino que soy yo, que no es la moda que está contra mí, pero empiezo a desesperarme. Mi marido me anima a que siga buscando lo que me quede bien y me guste, como si me tengo que recorrer media provincia buscando, incluso me intenta planear días de compras (con toda su buena intención) los tres juntos, pero ya le he dicho que lo deje, que la presión es peor aún. Y en esos momentos sólo me dan ganas de llorar. Y cada vez que pienso que necesito ir a comprar, solo me dan ganas de llorar porque sé que no voy a encontrar nada y lo voy retrasando y retrasando. No sé qué hacer porque es algo que me va minando y haciendo pequeñita.
Gracias por leerme, que el tocho no es poco.
Un abrazo.