Estoy un poco agobiada desde hace unos días.
Soy la mayor de una lista muy larga de primos, somos 14 en total, yo tengo veintiocho años y del que os vengo a hablar tiene 14, es mi debilidad absoluta.
El pequeñín de corazón tiene problemas para integrarse en todas partes, está mal con el resto de primos, está mal en el colegio y tampoco encuentra su sitio en las clases extraescolares a las que lo lleva mi tía.
No me pillaría de susto que en cualquier momento salga del ‘armario trans’, es un niño muy delicado, muy sensible y con un cerebro de genio que abruma a cualquiera, de verdad que conozco a chico más listo que él, no lo digo porque sea mi primo ni mucho menos, de verdad que tiene una inteligencia (emocional y no emocional) abrumante.
Suelta comentarios del estilo ‘yo entiendo que no encajo en la sociedad porque soy diferente, la gente me trata mal porque teme a lo diferente, así que les entiendo y no les juzgo’. Catorce años, repito.
Pues bien, el sábado pasado quedamos a desayunar en casa de la yaya he hicimos crepes para todos, cuando terminamos de llenarnos la tripa nos fuimos los dos solos a una habitación porque le dije que le quería enseñar una cosa secreta (era mentira, lo vi más triste de lo normal y quería hablar con él un rato a solas), después de darle muchas vueltas a la perdiz me dijo que se sentía más solo que nunca, que creía que no tenía a nadie y que había pensado varias veces en el suicidio, me prometió que no haría eso jamás y que cada vez que se le pasara por la cabeza me hablaría para que pudiéramos llegar al fondo del asunto.
Le dije que se lo comentara a su psicóloga (mi tía lo lleva desde que tiene 11) y me dijo que no se atrevía porque le daba vergüenza decirlo en voz alta, hasta a ella.
Le abracé, le recordé que el instituto es una fase que se termine y que después de eso empieza la vida de verdad, que podrá marcharse a una ciudad grande y tener amigos que lo entiendan de verdad. Me dijo que me quería y que no me preocupara.
Pero estoy preocupada, muy preocupada. Encima me parece algo tan íntimo y duro que no creo que tener el derecho o la potestad para comentarle nada a mi tía, le insisto en que hable con la psicóloga, pero tampoco lo puedo obligar a nada.
Todo esto viene porque hace dos semanas en mi pueblo se suicidó un padre de familia y creo que la idea le ronda desde entonces.
Chicas, ¿qué hago?