No sé muy bien lo que busco aquí; no son consejos, supongo que es sacar algunas cosas que llevo atravesadas.
He leído mil historias parecidas, al final todos somos parecidos y nos pasan cosas parecidas… Y aguantamos cosas que no deberíamos por «amor».
Ya hace tiempo que me di cuenta de que mi novio, desde hoy ex, no me trata bien. Paranoias que convierte en su realidad, control, posesión, celos. Todas las que habéis pasado por eso sabéis que no es así todo el tiempo, sino más bien solo a veces. El resto del tiempo puede ser un ser encantador, cautivador, apasionado, preocupado, cariñoso. Es así como nos convierten en dependientes de ellos, cómo hacen que nos sintamos confiadas y luego un día, zas! Y empiezas a comerte la cabeza y a no entender qué ha pasado, qué hemos hecho tan mal para que se enfaden tanto o nos dejen tiradas. Y te vas acostumbrando a no hacer determinadas cosas que no le gustan. ¿No os suena?
Desde que lo conocí, me enganché mentalmente y después sexualmente de él. Es la primera vez que tengo una pareja sin que decaigan las ganas, sino todo lo contrario. En lo demás, muy parecido a mí en forma de pensar. Pequeños roces, alguna discusión, que no siempre venía a cuento. Y así, un día estás tan enganchada, que cuando te deja, no sabes qué mierda hacer con tu vida, y te sigues preguntando qué has hecho tan mal para que de vaya.
En mi caso, se ha ido varias veces, coincidente casi siempre con que yo estuviera de bajón por algún tema personal o de salud. Y en esas varias veces, he intentado hablar con él, decirle que las cosas no son así, que yo lo quiero mucho y quiero estar con él, hasta que tarde o temprano hemos vuelto. Y a mí eso me ha ido mermando porque a veces he tenido la impresión de que si yo no me hubiera acercado, él no habría vuelto a mí. Es muy duro pensar que el otro no te quiere como tú a él, y no te lo quieres creer, aunque se lo hayas preguntado y te haya confirmado que no te quiere como debería. Tú te insistes a ti misma con que no puede ser, que está diciendo cosas que no siente.
Y llega un día en que te vuelve a dejar por cualquier chorrada como excusa, después de un puñado de días de ausencia. Otra vez. Después de haberle dicho un mes antes que tenías miedo de que te lo volviera a hacer. Y te lo vuelve a hacer.
Y empiezas a pensar que eres gilipollas, que cómo puedes querer a una persona así. Que un día hace planes contigo y al siguiente no te quiere. Pero ahí estás, loca, triste y enamorada (o dependiente, quizá).
Se va y tú te rebajas e intentas convencerlo de que las cosas no son como él las ve, que podéis construir algo bonito los dos, solo hace falta esforzarse. Porque una persona con la que coincidas en tantas cosas es un mirlo blanco. Se sigue yendo, inflexible, y te quedas en stand by esperando a que se arrepienta.
Ya, ya sé, mala mezcla y peor final posible. Yo sé lo que hay, no estoy ciega, el foro está lleno de historias como la mía. Pero aun así, me he quedado con el corazón hecho trizas, y daría lo que fuera porque mañana me dijera «la he cagado, es contigo con quién quiero estar». Ahora mismo me siento ridícula y muy miserable.
Gracias por leerme.