Hoy necesito desahogarme, compartir mi experiencia y buscar un poco de ayuda y orientación.
Estoy navegando por unas aguas que desconocía, yendo sin rumbo y a la deriva. Les pongo en situación, tengo dos hijos en la peor edad, en la adolescencia, con 15 y 17 años y, durante toda su vida les he apoyado en sus decisiones, les he intentado guiar por el camino del respeto, con comprensión pero, a veces, con cierta mano dura y siendo inflexible en muchas de sus peticiones. No estamos boyantes de dinero, pero tampoco nos falta para vivir y comer pero, por ejemplo, no puedo permitirme la PlayStation 5 como regalo de navidad, porque tengo otras prioridades en la vida.
Su padre y yo estamos divorciados hace 3 años y él, recientemente, tiene una nueva pareja, sólo a título informativo. Los últimos meses, han pasado mucho más tiempo con él que el que pasaban antes, supongo que esto forma parte de hacerse adultos y van teniendo más cosas en común con él, si bien durante sus primeros años se sentían más protegidos conmigo.
El caso es que ahora están siendo bastante más hostiles, me contestan mal, no quieren hacer nada conmigo y no dejan de compararme con su padre, hasta en las cosas más simples, como en quién les hace mejor comida, cosa que antes no hacían, y siempre salgo yo perdiendo. Parece ser que él les consiente más cosas, es más enrollado que yo y les prometió la PlayStation. En una de las discusiones, uno de ellos, me nombró una situación que tuve con su padre hace muchos años, en una de las tantas peleas que teníamos, con lo que me está dando pistas de que les habla de mí, y no precisamente bien.
Lo siguiente, fue amenazarme con irse de nuestra casa para irse con él y su novia, porque allí iban a estar mejor. Nuestra relación no acabó de la mejor manera, los dos cometimos errores y nos faltamos al respeto, de forma que ahora tenemos el mínimo contacto, lo imprescindible para temas familiares y ya está, así que abordar el tema con él me parece inviable. Con mis hijos intento hablarlo, para poder entender qué les pasa y escuchar sus preocupaciones, pero no se comunican conmigo y acaban dando hasta portazos para salir de la habitación o de la casa, dejándome con la palabra en la boca. Es desgarrador ver cómo hemos pasado de una relación cercana a que mis palabras sean totalmente ignoradas, cayendo en oídos sordos y mentes cerradas.
Este constante rechazo ya está afectándome más de la cuenta y me está minando la autoestima, ya dudo de si estoy actuando mal como madre y no sé en qué me estoy equivocando.
¿Algún consejo de cómo puedo volver a acercarme a ellos y tener una mejor comunicación? Es difícil mantenerse firme y sin derrumbarme, ya no sé qué más puedo hacer.