¡Bueno!
Ya llevo entrando aquí unos días y ha llegado la hora de empezar con mis propios traumas. Lo hago por el último, que además es, quizás, el más facilito. Al grano:
Me gustan las mujeres gordas, en mis múltiples entornos nunca las ha habido (o al menos no que me gustaran y estuvieran disponibles), y por eso llevo ya años tirando de redes sociales para ligar. Hoy voy a hablar de Tinder.
Llevo cosa de cuatro años viviendo en un pueblo de Murcia, como de costumbre no he conocido a una sola mujer que me haya gustado ni un poco (aquí hay una excepción bharto traumática pero es largo de explicar), y hace cosa de… ¿dos años?… me hice un Tinder porque todo el mundo me decía que era lo mejor, donde estaba todo el mundo y donde más variedad había.
De otras redes como Adopta-un-tío, Badoo o Pof puedo decir que siempre ha habido pocas chicas gordas, y de esas pocas nunca más de dos o tres que me llamaran la atención (y yo a ellas casi nunca pero ese es tema para otro volumen xD).
En fin. ¿Qué me encuentro en Tinder buscando mujeres de 28 a 45 años con el máximo radio de acción posible, que creo que son como 200 y pico kilómetros? Pues que, ahí, gordas ni una. Pero ni una es ni una, ¿eh? En dos años. Chicas de esas que te avisan de que, ojo, están gordas, sí. Algunas. Pero ves la foto y no, no lo están. Gordas mentales, las llamo yo. Pero gordas de verdad, repito, ni una.
Vaaale. Tras unos meses asumo los hechos, razono que igual mis gordas están un poco escondidillas y cambio de política. A partir de ese momento, y hasta hace unas semanas que me borré, lo que hago es darle al corazoncito a (casi) todas las que NO tienen foto. Y con eso sí he tenido algunas coincidencias, claro, pero… adivinad. ¡Ni una sola estaba gorda! No sé con cuántas habré llegado a hablar (¿15 o 20?), y tooodas ellas, igual que las que sí habían colgado fotos, eran de la talla 38. Alguna excepción ha habido, claro, pero en ningún caso pasaba de la 42.
Por supuesto, cómo no, encima he tenido algunas broncas (me han llamado enfermo, degenerado, loco… lo típico en estos casos), porque al parecer tener, como tenía yo, una imagen de la Venus de Willendorf y otra de una Wonder Woman gorda no es pista suficiente, ni insuficiente, ni siquiera pista, de qué pie cojeo. Pero, bueno, que este no es el caso.
El caso es que, repito, en dos años no he visto en Tinder (región Sudeste de España, 28-45) años, NI UNA sola chica gorda (ni «gordibuena» ni «gordimala» ni «gordinada»), y apenas alguna que propiamente pudiera decirse rellenita. Y estas últimas, lo aclaro porque me parece un dato, eran casi siempre las típicas chonis rellenitas ultrabuenorras (tetazas, culazos, curvas de carretera gallega, ropa y poses sexys, le doy que sí a todas pero obviamente no hay retorno), pero rellenitas, digamos, más normales (menos llamativas) tampoco he visto casi ninguna, salvo muy jóvenes o ya de 45 para arriba.
Sé que la pregunta es inherentemente absurda, porque tendréis tan poca idea como yo, pero es una manera de romper mi particular hielo a ver si me animo a continuar la saga: ¿Por qué creéis que pasa esto?