“Lo siento todo, tu calor recorriendo mi espalda, cada rayo de sol que entra por tu ventana iluminando tu mirada azul y siento también el olor de tu piel construyendo su espacio en mi memoria. No busco el silencio para oír el despegar de mis labios desdetu piel, lo quiero para oírte respirar, para no perderme en otras memorias y poder perderme en cada gota que cae desde el marco superior de tu venta hasta el inferior.
Mis rizos rubios empiezan a deslizarse y caen sobre tu pecho mientras te toco como si quisiera hacerme con tu piel, con tu olor y con tu tacto, como si no tuviera otro propósito en la vida más que estar aquí, en este momento, contigo.
Regálame un momento que me sepa a tus miedos más oscuros, regálame una pausa sobre la que pueda escribir, una pausa que me detenga la vida, que me detenga en el tiempo y me haga morirme de miedo. Regálame un recuerdo que quizás no vivamos, un recuerdo en el que pueda sentir mi mirada recorrer cada parte de tus pupilas, tu pelo caer sobre mi cara y mis manos recorrer tu espalda. Desnúdameen los días en los que nuestra piel necesite agua porque me muero por follarte el alma y enamorarme de tu cuerpo.
Regálame un momento, solo un momento en el que tenga el suficiente valor para no pensar en excusas, el suficiente valor para darte a probar el sabor de tu atención, el sabor de tu mirada y sentir tu calor en cada uno de mis dedos. Me derrumbas por dentro, acabas con cada parte de mí que sigue creyendo que soy mejor y más grande que todo esto, con cada parte de mí que no quiere ser sincera consigo misma y que se tiene que callar cada vez que siento tu boca sobre mí.
Háblame de luz, háblame de calor y de mar, háblame del sabor de tus sábanas y háblame del sonido del agua sobre tu pecho, de la sensación de tu pelo mojado sobre tus hombros, de tu mirada mojando mi ropa interior o de tus manos llevando la contraria a mi razón y dando la razón a mis gemidos.”