Chicas… Después de leeros a todas (creo que no me dejé a ninguna) tomé la decisión de hablar con él y bueno… Ha salido bien a medias.
A las que me decíais de pedirle el divorcio así de buenas a primeras… Pues qué queréis que os diga, prefiero ignoraros porque no es mi estilo ese. Al resto: gracias.
Me senté con él bebé presente mamando de teta y le dije que no podía más, que empezaba a estar bastante harta de que fuera de padre coraje, que se pillara esos rebotes y que no fuera capaz de verme a mí. Todo esto lo hice haciendo de tripas corazón, hablando con cariño y no desde el ataque (no sé muy bien cómo, pero lo hice).
Después de muchos minutos de intentar sonsacarle qué le pasaba de verdad (es muy cerrado a la hora de hablar de sí mismo) al parecer no entiende el cambio de vida. No termina de entender su llegada, que la vida nos haya cambiado, que ya no tengamos tiempo de ser nosotros y que ahora todo gire en torno al bebé. Acabó llorando porque dijo que jamás sería buen padre, que estaba muy agobiado porque no sabía qué hacer para hacer las cosas más fáciles, que sentía que solo lo entorpecía todo, que tenía miedo de no ser suficiente.
Así que nada, acabamos los dos llorando a moco tendido porque ni de coña se me había ocurrido pararme a pensar que le estaba pasando todo eso por dentro. Está claro que el bebé es lo primero, pero tampoco quiero que nos descuidemos nosotros como pareja.
Así que nada, va a empezar a ir a terapia. No está siendo nada fácil, pero espero que poco a poco vaya a mejor. Ahora desde luego que ya no grita ni se coge esos rebotes, pero sí que es verdad que noto que no ‘encuentra su sitio’ en casa.
Ojalá os escriba dentro de un tiempo para deciros que todo está yendo mucho mejor. Mil gracias por leerme y por escribirme, de vedad <3