¡Hola Loversizers! Hace mucho que soy fiel seguidora del foro, pero nunca me había animado a participar activamente.
No quiero aburriros, así que intentaré ir directa al meollo.
Soy una chica bastante alta y eso siempre ha hecho que las fluctuaciones en mi peso sean poco perceptibles. Vamos, que los kilos tienen bastante espacio para distribuirse por mi body. Así que normalmente si bajo de peso la ropa me queda un poco más flojilla, y si subo de peso un poco más apretada, pero aun subiendo/bajando diez kilazos nunca he llegado a cambiar de talla ni se me ha notado una transformación drástica. Para que os hagáis a la idea, las únicas consecuencias (hasta ahora) de mi peso cambiante eran algunas estrías en los muslos y que los pechis se me quedaban algo mustios al perder peso. Pero yo nunca le había dado la mayor importancia.
El caso es que en los últimos meses mi vida se ha vuelto un poco frenética, y entre el estrés y no parar, pues he perdido bastantes kilos y se ve que recién entrada en la treintena el cuerpo ya no regenera como antes porque esto sí que no me había pasado anteriormente: ¡Se me está cayendo el rostro! Es como que mi cara ha perdido relleno y el óvalo facial está flácido (lo que me pasaba antes en los pechis, pero ahora ¡en toda la jeta!). No tengo arrugas, ni manchas, ni líneas de expresión y, sin embargo, (¡toma cambio drástico!) de repente me veo muy envejecida. No es que sólo me lo note yo. Para que os hagáis una idea, hasta hace menos de un año siempre me pedían el carné para venderme alcohol o tabaco (en el país en el que vivo te lo piden si aparentas menos de 25, tampoco penséis que aparentaba yo 15 primaveras) y ahora no me lo piden nunca. Es como si los años me hubiesen alcanzado de golpe, qué digo alcanzado, ¡arrollado cual tren de mercancías!
En fin, que teniendo en cuenta que volver a ganar peso no es una opción viable ahora mismo porque mi vida siga igual de frenética, me preguntaba si alguna ha pasado por esto y, antes de mentalizarme de que ya no hay vuelta atrás, quería consultar con vosotras, ¡oh sabias! que tenéis remedios para todo, si hay alguna solución que haga que, sin recurrir a cirugía, mi rostro vuelva a ser el espejo de mi alma jovenaria.
¡Muchas gracias!