Yo alucino. Lo siento, a mi me engañaron por mensajes, también, y no físicamente, o eso creo. La primera lo perdone, y luego lo hizo dos veces más. Pero no es por eso que alucino… es que estaba el agobiado por los problemas que pasáis y se descarga una app de citas y chatea y te engaña… y vamos tú lo ves normal. Vamos a ver si he entendido…tú no estabas agobiada? Tú no lo pasabas mal? Tú no tenías problemas económicos? Y que eso justifica esa clase de error? No me parece una buena razón. No estoy de acuerdo contigo. Si yo no cometo esa clase de errores, no quiero que mi pareja los cometa. Me merezco, al menos, el mismo esfuerzo.

En cuanto a la pregunta que Lucía me hace, no, no tengo nunca ni la más mínima duda si algún día se retrasa o hay algún cambio en su rutina.
El post que escribí está muy muy resumido por lo que faltan datos.
Desde una semana antes a descubrirlo empecé a notar un comportamiento bastante errático en él. No me imaginaba lo que estaba pasando así que lo achaqué a la situación que estábamos viviendo. En aquel momento nuestra vida era un tremendo caos y la comunicación no era buena.
Aquella noche en la que le abordé y él se derrumbó le pedí que me explicara qué había pasado exactamente, como ya he dicho necesitaba alguna explicación para poder avanzar a nivel personal y seguir adelante con la separación. Él me lo explicó absolutamente todo, con la confianza ya mencionada que siempre habíamos tenido. Me explicó que chica a la que conoció vivía en otra provincia a más de 600km. Que hasta que no “lo dejamos” no se vio con ella y que en el momento que lo descubrí sólo llevaban una semana hablando, (encajaba perfectamente con lo que había ocurrido y era imposible que hubiera estado físicamente con ella porque entonces pasábamos las 24 horas del día juntos) que se habían visto sólo tres veces debido a la distancia. Me contó que un par de semanas antes de aquel momento en el que estábamos hablando se dio cuenta de lo que había hecho y rompió la relación “amorosa” con ella aunque siguieron manteniendo contacto como amigos. Me enseñó las conversaciones de whatsapp, registro de llamadas… él no podía haber borrado nada anteponiéndose a esa conversación porque ni yo misma sabía que tendría lugar. Me dijo no había intentado hablar conmigo porque se le caía la cara de vergüenza, que estaba viendo que yo tenía tomada muy en firme la decisión de separarme y que él sabía que estaba todo roto y perdido conmigo. Le dije que, por el bien de nuestros polluelos estaría bien que volviese a casa (su comportamiento en aquel momento como pareja no interfería en absoluto con su papel de padre), para ir gestionando la mejor forma de separarnos en aquellas circunstancias. No hablamos de volver en ningún momento, yo estaba totalmente hundida, dolía y no podía perdonar lo que me había hecho. Al día siguiente me dijo que había llamado a su amiga para despedirse de ella y zanjar la relación de amistad que en ese momento tenían, que para él no tenía sentido alguno continuar. Este acto hizo que yo, después de dos meses, viera asomarse a mi marido de nuevo por un resquicio, aquella persona de la que me enamoré perdidamente y con la que decidí emprender un proyecto de vida. Aún así, yo seguía con la decisión de seguir adelante con la separación.
Después de todo lo que me había contado, cómo había sido esa infidelidad, qué le había llevado a hacer todo aquello y a comportarse así, le pedí que, por el bien de nuestros hijos, fuera a un psicólogo. Entendí que estaba sumido en una depresión enorme y que para evitar seguir cayendo, por su propio bien y el de nuestros polluelos debía tratarla y él no dudó en ponerse en manos de un profesional. Según fueron pasando las semanas, como compañeros de piso que éramos en aquel momento, pasábamos las noches hablando, cómo dos buenos amigos. Reíamos, compartíamos todos los momentos con nuestros hijos juntos, nos contábamos nuestros avances con nuestros respectivos terapeutas y nuestros miedos. Todo esto sin ningún atisbo romántico, pero volvió a ir recuperando mi confianza poco a poco, así que en una de esas noches nos sentamos a hablar sobre nuestra relación y decidimos intentarlo, que aparte de seguir cada uno de forma individual con su terapia haríamos también conjunta para obtener ayuda para recomponer los pedacitos en los que nuestra relación amorosa se habían quedado.
Lo que yo tenía claro es que si por mi parte no veía la opción de recuperar la confianza, aunque fuera poco a poco, o que si no dejaba atrás el tema de la infidelidad sacándola a relucir en cualquier discusión, que si le echaba aquello en cara cada vez que me conviniera y demás, sería imposible. Así que hice un gran trabajo personal para enterrar aquella historia y pasar página. Él por su parte también trabajó muy duro para que esto funcionara de nuevo, y aquí estamos más de seis años después.
No fue fácil, hubo momentos muy duros durante la reconstrucción pero mereció la pena el esfuerzo.
Si confío en él plenamente de nuevo es porque me ha demostrado durante estos últimos años que puedo hacerlo. Si no hubiera podido volver a confiar en él no podría haber retomado la relación amorosa, hubiera preferido seguir adelante con la separación.
Cómo he leído en uno de los comentarios de facebook, que me ha encantado, no quise renunciar doscientos millones de aciertos por uno sólo error.

Me recuerda a mi historia con mi ex. Después de casi 6 años juntos, se fue de despedida de soltero y conoció a una chica, tuvo muchísimas dudas de lo que sentía por mí. Al regresar, me dejó sin que nada hubiera pasado con la otra, solamente tras un par de conversaciones. Estábamos en un momento muy bueno de nuestra relación, aunque en los últimos meses a él le echaron del curro, no encontraba nada y era muy pesimista. El día que me dejó no me contó que era porque había sentido por otra, todo se basó en aquello que yo no tenía y le gustaría (supongo que comparándome con la otra). Aunque me lo olía me enteré porque a los dos días subió una foto con ella. Para joder. Muy tóxica fue esa etapa, aunque con ella no pasó nada más que un par de besos y dos paseos, conmigo se comportó como un HDP. Decía que había cambiado su personalidad porque siendo bueno todo le había salido mal. Fueron meses de ni comer ni dejar comer, adelgacé mucho y lloraba todos los días.

De vez en cuando quedábamos y pasaba algo entre nosotros. Hice todo lo posible porque volviera conmigo, le veía ocultando su depresión en un carácter que no se correspondía con él. Hundida en la mierda, hice todo lo posible para que volviera a ser el chico especial que es, sacarle a flote. Lo conseguí.

Cuando por fin empezaba a pasar página aunque anclada en la historia, él fue volviendo a ser quién era. Desde el poco tiempo de dejarlo él se sentía avergonzado y mal, muy mal. Lloraba porque sabía que era un cobarde. Poco a poco me fui curando y perdoné sus errores aunque no estuviéramos juntos. Al final, volvimos. Yo no estaba loca como creía (y casi me vuelvo), estaba en lo cierto él seguía amándome pero se ahogaba. El día que volvimos me lo pensé, ella yo quien tenía dudas pero después de meses queriendo ese final por fin lo había conseguido ¿por qué rechazarlo?

Estuvimos otros dos años y casi 1 año viviendo juntos. Hasta que me di cuenta que no estaba enamorada de él, creo que en esos dos años no volví a amarle. Pero perdonarle, me curo a mí misma, hizo que fuera más independiente y me amara más a mí misma.

Han pasado 2 años y somos amigos, de coincidir o quedar muy de vez en cuando pero contarnos nuestros logros en la vida y alegrarnos por el otro. Él se castiga con que fue el causante de perderme, cuando me mira sé que ve a la mujer de su vida, me echa de menos y me busca en otras. Lo que siempre le digo es “yo te perdoné de corazón, solo recuerdo lo bueno de nuestra relación pero es hora de que seas tú quien te perdones a ti mismo”.

Pienso que el amor a uno mismo es lo primero, elijamos el camino que elijamos de volver o no con esa persona. Y saber perdonar a los demás hará que sepamos perdonarnos a nosotros mismos y borremos los fantasmas que nos atormentan con miedos y dudas. Tener la conciencia tranquila.

Gracias a la autora del post por abrirse en canal y espero que seas feliz contigo mismo y compartas esa felicidad con quien elijas.

Yo no perdone la infidelidad. Cuando descubrí con quién me ponía los cuernos y vi la realidad me sentí tan decepcionada que dura te semanas me negué a hablar ni con el ni con mi mejor amiga la otra. Después solo pude hablar con ella que no paraba de justificar su relación y decir que no querían hacerme daño pero no sabían cómo decírmelo. Lo pasé mal, me quedé sin amigos, tuve que empezar de cero pero lo que monte mata te hace más fuerte. A mí me parece bien que si los dos aceptan su parte de culpa o no y consiguen un acuerdo se solucione. Pero yo personalmente no podría.