Lo primero, cuéntale lo ocurrido a la dueña que es la única que le puede parar los pies a ese acosador de manual. Está claro que no eres la primera ni la última a la que acosa con su posición de profesor. La dueña una o le da una reprimenda y cambia su comportamiento, o busca a otro profesor que no sea un acosador (lo preferible), o no hara nada. Pero con las dos primeras te podrás quedar en ese centro y con la última te cambias pero ella ya sabe el por qué. Callarse nunca debería ser una opción, y menos tu que tienes la seguridad de ser adulta, seguramente lo intente con menores o chicas super jóvenes que no saben cómo actuar. La verdadera sororidad es denunciar estás cosas (aunque sea contárselo a la jefa) para que no siga el ciclo del silencio que solo perjudica a las más vulnerables.