Mi marido, han hecho un ere en su empresa y ha sido uno de los perjudicados, con los añitos que llevaba pues ha rascado un dinerito y ahora a sus casi cincuenta tacos, me dice que va a opositar para funcionario de algo de administración, ni idea.
Yo trabajo y como no tenemos niños pues nos apañamos bien de tiempos y ritmos. Pero el despido me cayó como un jarro de agua fría, él se lo tomó como un alivio, y cuando me puse a hacer cálculos, en mi cabeza, me entraron los agobios, con esa edad y sin ser astronauta es complicado, las nuevas generaciones vienen pisando fuerte con sus idiomas y sus masters.
Él se debe de sentir igual, por eso ha buscado la salida más acorde, mi marido tonto no es, pero lleva casi treinta años sin coger un libro, de los de estudiar, no sé quien le habrá convencido del tema de las oposiciones, lo de volver a la escuela me hace gracia, pero preferiría que buscara algo de lo suyo y luego si no sale nada, o lo que sale no merece la pena, pues se viera esa opción.
Lo tiene tan claro que cualquier le lleva la contraria, tiene medidos los tiempos de cobrar paro con los meses de estudiar y el dinero que le han dado hace de colchón para el resto de gastos y en casa va a seguir ayudando igual porque lo de estudiar es como un horario laboral y por suerte no nos queda nada para quitarnos la hipoteca y un gasto menos.
Vamos que lo tiene tan claro que no me veo capaz de llevarle la contraria, nuestros amigos le miran con cara de que lo siguiente va a ser comprarte un Ferrari, porque por lo de la amante si que no paso.
Lo mismo sale bien y tengo que meterme mis pensamientos y comentarios donde me quepan y la siguiente que se mete a opositar soy yo, quien sabe, de momento me toca afrontar esta nueva situación, lo intentaré hacer con buen humor, lo mismo hasta me toca ir a la academia esa a hablar con el tutor a ver que tal va el niño y si aprueba o no.
Sigo pensando que es una locura y una pérdida de tiempo, pero me jodo y me aguanto hasta ver que pasa.