¡Hola gente!
Escribo porque estoy muy rallada a raíz de un par de conversaciones con el chico con el que estoy saliendo, pues está lleno de contradicciones y me estoy volviendo loca. Os cuento…
Llevamos casi 5 meses viéndonos. Lo típico, lo conocí por Tinder, yo recalqué que buscaba una relación seria y él me dijo que estaba interesado en conocerme porque además tenemos muchas cosas en común. Todo ha sido maravilloso desde el principio, la verdad, es muy respetuoso, cariñoso, atento, todos los días que tiene libres los comparte conmigo, compartimos hobbies…
Él es mayor que yo, tiene un hijo y una situación conflictiva con la madre del niño, por lo que nunca he querido meterle prisas ni agobiarle con el tema de nuestra relación. Decidí darle el tiempo que necesitara, porque además notaba que él evitaba hablar de ello y, por ejemplo, dejó de seguirme en redes sociales, a pesar de que cuando estamos juntos es muy entregado.
Pero el otro día de la forma más tonta estalló la bomba. Empezó a bromear con que le gustaría completar el mapa de Europa (acostándose con chicas de cada nacionalidad), y no sé cómo, la broma se convirtió en una ristra de barbaridades en plan «al final estás con una unos años, con otra otros años, etc.». Yo me sentí humillada porque pensé que me quería y éramos pareja (aunque nunca lo hubiésemos verbalizado), y que me estaba diciendo en mi cara que después de mí vendrían más. Seguí con la broma preguntando que si no tenía bastante conmigo y si yo también tenía fecha de caducidad, a lo que respondió que «nadie tiene bastante con uno, otra cosa es lo que luego hagas», que no tengo fecha de caducidad, que literalmente «si son 3 meses bien, si son 3 años bien también, etc». Yo lo interpreté como que le daba exactamente igual, y que solo iba a ser «una más» que estaba de paso por su vida.
Me sentí una mierda. Al subir a su casa me fui a la cama a llorar y me siguió y me abrazó todo el tiempo, pero sin decir nada. Le pregunté si es que solo me quería para pasar el rato, si no le hacía ilusión tener algo más conmigo, y todo fueron evasivas hasta que al final me confesó que él ya no se hacía ilusiones por nadie porque luego siempre pasa algo y sufre mucho. Le volví a preguntar, no qué creía que iba a pasar, sino qué quería, si deseaba que saliera bien y lo nuestro durase «siempre», y empezó a filosofar con que «el siempre no existe», blablabla… Vamos, que ni siquiera fantasea con la idea de tener suerte conmigo.
Al cabo de unos días me ha dicho que es que yo lo malinterpreto, que no es que le dé igual, sino que simplemente es muy realista y a lo mejor al ser tan realista puede hacer comentarios hirientes y quitarme la ilusión (obvio, me la ha quitado toda). Y que le dure lo que le dure, él estará contento con eso (aunque no quiere pensar que sea «para siempre»).
La cuestión es que cuando estamos juntos somos como una pareja, salimos con sus amigos, me coge de la mano por la calle, todos los días que no le toca el niño los pasa conmigo, me abraza y me besa todo el rato con tanta pasión que dices «no puede ser que no me quiera»… No sé si es que me quiere pero tiene miedo al compromiso, o es que me está tomando el pelo, porque me parece totalmente comprensible y respetable que ya no crea en el amor pero a veces su indiferencia y sus comentarios me hieren.
Por un lado me gustaría ser digna y mandarlo a la mierda por no haber sido honesto conmigo y no saber valorarme, por otro entiendo su postura y no veo el sentido de dejar de vernos si juntos estamos bien…
¿Qué haríais vosotros?