¡Hola! La verdad es que os leo a menudo, y me encanta leer también los consejos y comentarios, en su mayoría súper sensatos, respetuosos… ¡Qué maravilla de tribu! ¡Muchas gracias!
Hoy me he decidido a contestar por lo tremendamente parecida que esta historia con la mía…
Yo también estaba un viernes, a las 22:00 de la noche esperando a que mi marido (21 años de relación y dos hijos) acabara su turno de tarde, llegara a casa y empezar nuestras vacaciones de semana santa. La cosa es que él llegó con una cara muy apurada, empezó a llorar y yo me asusté mucho porque pensaba que había pasado algo malo malísimo en su familia. Fue en ese momento, después de unos segundos que se hicieron eternos, que me dijo que se había enamorado de una compañera de trabajo, que no podía seguir conmigo, que seguro que se iba a llevar una ostia (literalmente lo dijo así y me resulta muy similar al comentario de la chica que ha explicado su caso), pero que no puede seguir conmigo. ¡¡BOOM!!
Empatizo perfectamente en cómo te sientes… En lo perdida que debes estar, en creer que tu vida se queda patas arriba… Me emociono de pensar en aquel día, y los días posteriores, y los meses posteriores. Hubo mucho dolor, y muchísimo sufrimiento. Mucho, no te lo voy a negar. Pero este comentario no es para decirte que se acercan curvas… Este comentario es para decirte que se sale! Y que, aunque no lo creas, tienes ante ti una oportunidad tremenda de crecer, de conocerte mejor, y de ser más feliz. Seguro. Una vez pasados estos primeros días en los que debes tener una nebulosa mental terrible… Pregúntate, sinceramente contigo misma… ¿Para qué crees que te ha pasado esto? ¿Qué te viene a enseñar esta situación?
En mi caso, ahora, 4 años más tarde, te puedo decir que estoy tremendamente agradecida a la vida de lo que me pasó aquel día. Aquel acontencimiento me sumió en la miseria, sí, durante largo tiempo. Pero me hizo tocar fondo, busqué ayuda, empecé psicoterapia y un proceso de crecimiento personal brutal. La vida me quitó de encima un matrimonio en el que en el fondo ya no estábamos bien e hizo hueco para que yo me hiciera más grande, más segura, buscara de nuevo quién era yo. Y aquí estoy, más yo que nunca, con mis momentos, sí, pero más libre, más feliz, más auténtica. Me emociono al mirar estos años porque no han sido fáciles, pero volvería a pasar por cada uno de los acontecimientos si el resultado es mi presente. Ahora somos un gran equipo como papá y mamá de nuestros hijos. Le quiero mucho, como no podía ser de otra manera después de 21 años, pero no como marido, no como pareja.
Respecto a él, como él presagiaba (y como tu ex-pareja presagia) la cosa no duró ni dos meses. Hizo intentos en volver. Yo tuve muchas dudas, sobretodo por mis hijos y mis complejos de inferioridad (¿quién me va a querer a mí?). Afortunadamente no volví. Hice mi proceso terapéutico, llegué a la conclusión que nuestra relación estaba acabada antes que él me dejara. Éramos un gran equipo como papá y mamá, y después de 21 años había (y continúa habiendo) mucho amor, pero no el amor romántico de pareja. Así que apareció esta persona y él se enamoró porque estaba disponible. Si nuestra relación fuera bien, no habría habido lugar a que se enamorara de otra persona (ojo, es mi conclusión y opinión, no significa que siempre sea así).
Este largo mensaje es para darte un aire de esperanza a esta situación. Tienes ante ti una oportunidad tremenda. Ahora no lo verás, estoy segura, y es normal. Creo que si yo hubiera leído un mensaje como este los días posteriores al día del abandono, me hubiera enfadado y todo.
Mucha fuerza, mucho ánimo, y muchísima confianza en la vida. Seguro que algu bueno trae para ti.
Te abrazo fuerte.