“Feliz pero cansada, de tanta hipocresía, de la astucia, de la intención, de lucrarse de la debilidad que entorpece al ser humano. Dejo de considerar por un instante que los ojos sean el espejo del alma, que las sonrisas sean la curva de la felicidad, que los abrazos sean el ademán de la sinceridad, que el sexo suponga la expresión máxima del amor. Que las promesas se convierten en deseos que ansiamos alcanzar algún día, haciendo que la ilusión y la esperanza que generan las mismas queden reducidas a cenizas, cenizas que conforman puzles colmados de decepción, de frustración, de espanto. Feliz y agradecida de quienes me rodean, de los que tomaron la valiente decisión de quedarse, pero cansada y aturdida por las incógnitas diarias de las que presumen miles de personas cada día.”
Mar Peña Pinzón
@marppc