Reproducimos un testimonio que nos llega via mail
Hace muchísimos años estuve en una relación. La madre de la que era mi pareja era una mujer un poco peculiar pero bueno, cada persona es como es y tiene sus cosas y no me voy a meter en eso. Lo que sí que durante todos los años que estuve con él y el tiempo que he pasado con ella yo veía cosas que parecía que a los demás o no les sorprendía o no les preocupaba, pero para mí no eran normales.
El tema del alcohol es algo complejo, pero por lo general tenemos normalizado almorzar o cenar tomando cervezas o copitas de vino. Y hasta ahí, bien. La cosa me empezó a preocupar cuando veía que justo después de comer la mujer se ponía un copazo, y después otro, y otro. Y esa era la merienda hasta la noche, y después si caían otras copitas pues mejor.
No digo yo, que algún día puntual por algo, pueda pasar eso. Pero es que eso era lo normal en su casa (por lo menos cuando yo estaba allí). Era una mujer que le gustaba salir y la fiesta y me parecía genial, ya que cada uno se divierte y disfruta como quiere. El problema fue cuando una noche me quedé en su casa (siempre y obviamente con el permiso de ella) yo dormía en la habitación de él y entonces él se dormía con su madre y llegó de madrugada cabreada, bebida hasta donde y dando voces y peleándose con él sin ningún motivo aparente. En ese momento me asusté bastante y después de todas las cosas que había visto sabía que eso tenía que ser un problema.
Cabe decir que para aquel entonces yo era menor de edad, y no tuve la valentía para “meterme” y hacerle ver que eso que estaba pasando era un problema que ella tenía y que nosotros podíamos intentar ayudarla. Sí que lo hablé con su hijo, pero no movió ficha y su hija tampoco lo hacía, por lo que si ellos lo veían algo normal y yo era la que estaba un poco loca, lo tendría que dejar al margen.
A día de hoy no tengo ni idea de cómo seguirán las cosas en aquella casa, lo que sí sé ahora mismo como adulta es que cuando sucede una situación así, quizás deberíamos intentar ayudar a esa persona porque por ella misma no puede salir de donde está metida, y mirar hacia otro lado no es la solución.
K de Karma.