No se como empezar o quizás si, como dije en un comentario, soy una superviviente de un maltratador y esta es mi historia y lo siento, no es una historia ni breve, ni bonita.
Todo empezó como cualquier historia, chica conoce a chico, chico es encantador y normal, chico se desvive por chica, la ayuda, la trata de maravilla, la ayuda en todo hasta que las cosas poco a poco van cambiando…
El maltrato no llega el primer día, ni el segundo, ni la primera semana, ni el primer mes, el maltratador llega poco a poco, se va metiendo en tu vida, envenandote, sin que te des cuenta, un día es un insulto y un perdón y para un tiempo, luego dos y perdón y así sube la intensidad hasta que se instaura en ti, en tu vida, en tu día a día como algo normal, eso me pasó a mi, cuando menos me quise dar cuenta eran diarios los insultos, las amenazas y mi culpa, él me insultaba a diario pero para él no eran insultos, recuerdo como si fuera ayer sus palabras, me llamaba puta constantemente para acto seguido decirme que no era un insulto era un calificativo, que si yo era una guarra y una puta era una forma de definirme, una forma de referirse a mi, que no fuera tan puta, yo lo escuchaba entre lágrimas.
Era y es policía, que irónico cuando me decía que todo me lo merecía, que todo era mi culpa, que no me maltrataba, un día le dije que qué pasaría cuando tuviese que recoger una denuncia a una mujer como yo, me dijo que se la cogería aunque no se lo mereciese porque estaba obligado, pero que si eran igual de putas que yo que esperaban que hiciesen sus parejas.
Me acusaba de volverle loco, de provocarle depresión, ansiedad, me amenaza con suicidarse, me llegó a llamar diciendo que se había tomado pastillas.
Me llamaba mil veces, mil mensajes, me obligaba a llamarlo, a escribirlo antes de dormir y no volverme a conectar, a decirle en todo momento donde estaba, con quien hablaba, con quien no, quien me escribía.
Me iba de vacaciones en verano con mis padres y mi hijo (estoy divorciada) y eran una pesadilla, me pedía fotos de las marcas del bikini para ver si hacía topless, insultos, llamadas llorando a la hora de irme a la playa para que no fuera y mil cosas más.
Me quedé embarazada y bajo amenazas intentó hacerme abortar y como veía que no pasaba por el aro cambió de táctica, quiero disfrutar más tiempo de estar nosotros, viajar… Aborte.
Una noche me cogió del cuello y me arrastró por la calle. Yo gritaba. Nadie salió a ayudarme.
Otro día me llenó los brazos de moratones, ni recuerdo el porqué.
Otra tarde casi me mata, lo intentó, me tiró al suelo, se puso a orcajadas sobre mi aplastó mi cabeza contra el suelo con su puño en mi sien, mientras gritaba que le diera un motivo para matarme, que él de la cárcel salía pero yo del cementerio no. Me partió el labio. Llamé al 112 muerta de miedo, llorando, él sólo se rió a carcajadas diciendo que vendrían sus compañeros y no le harían nada, que quien iba a creer a una puta como yo. Seguí llorando en un rincón. Deseando morir.
Y un día mi hijo se puso enfermo, yo lo llamé y lo cogió su exmujer, él después se puso como loco por haberlo llamado mientras a mi hijo barajaban evacuarlo en helicoptero a una uvi pediátrica de la gravedad de su estado, él me llamaba exagerada y me gritaba y yo no entendía nada. El día que mi hijo salió del hospital recibí otra llamada, era su ex mujer para decirme que me había mentido y seguían casados, luego él me lo confirmó, me había destrozado la vida un hombre casado pero no le pareció suficiente, siguió ahí, en la distancia, con amenazas de matarme si contaba algo, de arruinarme la vida a mi, a mi familia y a mi hijo, de quitarme a mi hijo, de denunciarme, pero siempre con el te quiero en la boca, el te necesito, el eres maravillosa, preciosa pero también eres una puta, una guarra. No soltaba la correa que me puso y estuvo a punto de volverme loca, lo llamaba, lo suplicaba, lo mandaba mil mensajes y él disfrutaba con mi dolor hasta que me di cuenta y lo vi paré, me costó, como el que deja la droga. Y un día le pedí perdón, yo a él por ese tiempo que consideré que me porté mal, por las mil llamadas y el daño que le hubiera podido hacer, necesitaba cerrar ese capítulo y necesitaba paz, el perdón me aportó paz y el muy cerdo intentó volver a romperme otra vez, volvió a intentar liarme diciendo que quería hablar de retomar pero se topó con alguien cambiado, una mujer fuerte, adulta que sabía que no Quería un hombre casado, ni un mentiroso infiel pues trataba de hacerme creer que se había divorciado (a día de hoy siguen juntos) pero sobre todo tenía más que claro que no quería un maltratador en mi vida, no quería ser una cifra más, una muerte más, una estadística, perdí años de vida, perdí amigos, perdí parte de la infancia de mi hijo porque no tenía ganas de vivir, era un cadáver de 48 kilos en 1.75 de altura y estuve a punto de perderme a mi mispa porque incluso me intenté suicidar.
Pero hoy soy más fuerte que él.
Por eso digo a la compañera que hace poco pedía consejo
NUNCA CAMBIAN.