Me he enamorado hasta las trancas de un chico de 24 años, y yo acabo de cumplir los 36. El resumen de esta historia es este, y estoy en la mierda porque no sé qué hacer.
Lo conocí en el gimnasio. Aquí la gorda que se apunta al gym para ver si baja un poco de peso y en mi primera clase de gap me pongo al lado de un chico con pinta de majete que no se va a reír de mí. No se rio no, y encima fue súper simpático. Cuando terminamos ese día estábamos recogiendo las colchonetas y yo me puse a bromear sobre mis capacidades para el deporte, no os hacéis una idea de la sonrisa preciosa que tiene ese chico, es una barbaridad.
Desde ese día, ese puñetero día, no me lo he sacado de la cabeza. Y lo peor es que él se ha enganchado muchísimo a mí. Coincidimos en gap y después en la sala de máquinas varias veces. Empezamos a hablar, él se metía un poco conmigo, yo con él, y un día cuando salí lo vi en la puerta, me estaba esperando para invitarme a un café. ¡Con dos cojones!
Me dejé llevar porque a pesar de la diferencia de edad tenemos mucho en común. Me escucha, lo escucho, nos reímos un montón. Ese primer café fue una puta maravilla, y yo cada vez que sonreía me volvía loca. Aún así no dejaba de pensar en lo jovencísimo que es, y en que yo ya voy de cabeza a los 40. ¡Qué injusto! ¿Dónde estaban los chavales así cuando yo tenía 24? ¡¿Dónde?!
La cuestión es que sí, que nos acabamos dando unos buenos besos en otra cita en la que pasamos de cafés a unas cervezas. Y después de esos besos pues también nos acostamos, la noche que decidí que tenía que probar la pasta Alfredo que hago. La mayor excusa de la historia como os imaginaréis, pero es que llevaba ya semanas con una movida en la cabeza sobre cómo sería estar con ese chico, y de veras lo digo y lo firmo ante notario ¡menuda pasada!
Él jamás nunca ha hablado de mi edad, para nada, suelo sacar yo más el tema porque imagino que cuando vamos juntos por la calle todos piensan que somos hermanos o tía-sobrino o algo así. Encima yo soy la gorda de turno y él, él tiene un cuerpo que es un escándalo. Es decir, un chico joven, listo, elocuente y cariñoso se ha fijado en mí, una mujer de casi 40 que no sabe ni hacerse bien el eyeliner y que se peina con los dedos por pereza. ¿Me explicáis esto?
Ahora estamos en un punto que tengo claro que somos más que un rollo pero tampoco somos pareja. Sé que él quiere seguir adelante porque está siempre pendiente de mí, haciendo planes, preguntándome qué quiero hacer… Y yo quiero decir que sí a todo pero no dejo de pensar en que le voy a amargar la vida por la diferencia de edad, con todo lo que podría descubrir con alguien de su edad…
Vivo en una ciudad lejos de mis amigas de toda la vida, ellas saben que estoy conociendo a alguien pero no he sido capaz de contarles todo lo demás, tengo miedo a que me juzguen o me digan que soy una asaltacunas de mierda. Sé que no serán tan duras, pero lo mismo me hacen bajar de esta nube en la que estoy ahora, y realmente estoy taaaaan feliz en ella…
Sé que vosotras me vais a ayudar, ¿qué hago? Os leo una a una. Os quiero!