Cuando yo tenía 28 años y llevaba 3 años de casada, discutí muy fuerte con mi marido y llamé a la que era mi mejor amiga (ya no quiero saber nada de ella porque en realidad era muy mala gente) para ir de fiesta a ahogar las penas por ahí. Fuimos a un bar donde empecé a beber y a ponerme cada vez más contenta y cuando me entró un chico que me comió la oreja, me dejé liar. Acabamos follando en su coche, un polvo rápido, apenas 15 min quitándonos lo mínimo. Nada más correrme me empecé a sentir culpable y me marché a casa de mi ex amiga a llorar y dormir. Al día siguiente, volví a mi casa donde encontré a mi marido destrozado diciéndome que me amaba y que por favor lucháramos por seguir juntos.
Ahora tengo 48 años y una familia diría que ideal, dos hijos adolescentes y el mismo marido que amo y me da un beso todas las mañanas antes de irnos a trabajar y otro por las noches antes de dormirnos. Nunca se lo he dicho ni lo haré. Formamos una familia feliz y así deseo que siga siempre. No tiene sentido destrozar la felicidad y el amor que sentimos, destrozarles a mis hijos la imagen que tienen de su madre ni romper todo lo que hemos construido juntos por 15 minutos de placer borracha.
Esa es mi experiencia y mi consejo, cállatelo. Haced el amor, correspondeos mutuamente y olvida un desliz que muchas mujeres cometemos porque somos seres imperfectos.