Lo voy a contar porque me parecio ¿gracioso? ?
Entro a eso de las 8:20 a desayunar a la cafetería, y me siento de cara a la puerta en la última mesa, como casi siempre.
A los 3… 4 min. justo en la mesa de delante, se sienta frente a mi, «ella». Morena, alta, bien proporcionada, esbelta…
La camarera de hace eco de su presencia y la atiende.
Acto seguido, saca de su bolso LV un iPhone.
Se sienta de lado, cruza las piernas y ojea casi sin gesticular y mover un músculo más, su móvil.
Al minuto, le traen su café, en taza XL, como si de Carrie Bradshaw se tratase.
A la vuelta, la camarera se percata de que yo… que llevo allí ya no sé ni cuanto, la miro.
– Buenos días joven, acabas de llegar?
+ Buenos días «señora». No… la verdad es que llevo aquí como unos 10 minutos.
– Disculpa, querías tomar algo?
+ Pues no sé… me dió por entrar… quizás sea eso, que me muero de hambre.
– Gri…gri..gri..
+ Bocadillo de pollon sin legucha. Cebolla y tomate picados. Descafeinado de sobre leche y leche. Gracias.
Pasan otros 5 min y por fín viene mi deseado desayuno.
Mientra la camarera me lo coloca en la mesa, levanto la vista y veo que «ella», me mira como diciéndome: «Te vas a comer todo eso tu sola?» ?
Y yo, con la misma mirada, le respondo: «Se me neña ?».
Me dispongo a desayunar y ahí está. Un descafeinado de máquina, canelo… muy canelo. Sin apenas condensada.
Lo pruebo y que va… intomable. (Quien me conoce sabe que odio el sabor del café, y que por eso lo pido de sobre… para «mancharlo a mi gusto»).
«Ella», vuelve a mirarme y su mirada me decía: «Mi café es perfecto, tal cuál lo pedí ?».
+ Perdona! Puedes traerme el descafeinado de SOBRE y con un POCO más de condensada?
– Sí.. claro ?
Mientras, le doy un mordisco a mi bocadillo… buenísimo, perfecto.
La miro a «ella». Está ahí, recta. Hombros y espalda sin arquear. Da sorbos pequeños de su café y mordisquea ese sandwich de… ¿pan?, mientras sigue echándole un vistado a su iPhone.
Vuelve a llegar mi descafeinado. Vuelve a ser de máquina.
Desisto y me rindo. Pido un jugo de pera piña (un jugo de pera piña lo arregla todo).
Yo: Saboreo mi bocadillo de pollo y mi jugo mientras pienso que no voy a tener hambre hasta las 4 de la tarde mínimo.
Ella: ¿Saborea? ¿Disfruta? ¿Contiene el aire mientras mastica?
Ella: Impecable, impoluta, perfecta.
Yo: Con aliento a cebolla, sin peinar y con una legaña.
¡¡Qué variedad!! Para que luego nos digan que todas las mujeres somos iguales ?