Creo que no hay nada peor que emocionarse con alguien. Apoyarle, intentar estar ahí, e intentar conocerle, ver que parece recíproco, y que de repente un dia, sin verlo, esa persona desaparezca. Y vez como todas las murallas que él destruyó, todo lo que construyeron, desaparece. Todos los planes, las ideas, los mismos debates o conversaciones desaparecen. Los «me importas» «eres importante en mi vida» todo eso se va sepultando. Creo que lo que más me dolió fue el «me gustas para algo más». Pero se sepulta igualmente en un silencio eterno o peor en un » he elegido a mi ex». Es peor ver qué esa persona que tanto te importaba y tanto te flipaba prefiere elegir a la persona que tanto daño le ha hecho y se han hecho, y aún así, ahí estas, mirándolo todo desde lejos pensando.. joder por una parte espero que esté bien, que le vaya bien y sea feliz, y por otra pensando, joder ojalá te metas la ostia del siglo y veas que si quería estar ahí… Pienso que en el fondo no es ser mala persona, es tener corazón, algo que últimamente no se valora, que tiramos a la basura. No valoramos el tiempo invertido en alguien, ni los sentimientos ni el corazón. Preferimos tirarlo a la basura, con la excusa de que estamos mal, no valoramos lo que tenemos. A día de hoy me cuesta respirar cuando pienso en todo eso y han pasado dos meses.
Me decía que yo era libertad pura, alegría, corazón abierto, pero que él era espesura que te cagas … Huso sus heridas para abrirme las mías, y echarles sal.
Si le hubiese importado realmente me habría dicho algo cuando se murió mi perro, me habría preguntado qué tal el viaje, como estaba yo, algo. Realmente pienso que en verdad nunca le importe, que simplemente se autoconvencia de todas las cosas que me decía para no ver la realidad pura, que solo quería una aventura y ya está.
Me siento súper estúpida de ni haberlo visto venir, de haberme enamorado de alguien que nunca existió, haberle abierto mi casa y mi vida, y más aún, de seguir hechandole tanto de menos…
Porque si, porque me falta su sonrisa torcida por alguna ocurrencia, su manía de regar con tanga agua y la cara de flipado hablando de cosas que nos gustaban.
Sinceramente estoy muy cansada de todo. Extraño a mi perro, y le extrañó a él.