Buenas, chicas, las he leído y hasta he participado yo misma en algunos foros y temas aquí en la página, pero ahora tengo que desahogarme, no espero consejos como tal, pero quisiera escribir esto y que alguien lo leyera, que alguien supiera, pero no quisiera tener que cargar a aquellos que me rodean.
Bien, para empezar: soy una mujer de 26 años, no soy española, como la mayoría aquí, sino de América Latina. Hasta hace poco seguía dependiendo de mi papá, estoy a punto de iniciar mi cuarto año en la universidad (es la tercera carrera en la que estoy, por temas de indecisión y problemas de depresión). Hace cinco años intenté suicidarme dos veces seguidas, es decir, lo intenté un día y de nuevo al día siguiente. Estuve en terapia, pero tuve la mala suerte de encontrarme con malos profesionales (veían su teléfono en la consulta, criticaban mi físico o cuestionaban mi padecimiento, etc.), así que dejé de ir. Aunque soy consciente de que tengo que volver, no he podido hacerlo, ya que paso muy ocupada con la universidad.
Muchas personas piensan que el tema de la depresión ya ha quedado superado, pero la verdad es que sólo he aprendido a vivir como un zombie, a tener que poner buena cara a veces, para no amargar el día de los demás o sencillamente poder continuar, pero es difícil, sobre todo ahora, pero ya les hablaré de eso.
Hasta hace unos meses dependía económicamente de mi papá, como dije antes; no obstante, comenzó a presentar ciertos síntomas que lo incapacitaban cada vez más (tos, cansancio, dificultad para respirar, etc.), por lo que mi hermano mayor y yo decidimos buscar trabajo, él encontró rápido, pero a mí siempre me rechazaban por los horarios de la universidad o la poca experiencia. En fin.
En junio supimos que mi papá tenía una acumulación de líquido en el pulmón derecho (que era la causa de sus síntomas) y trataron de sacarlo con diuréticos y esas cosas, pero no funcionó, así que lo internaron y sacaron el líquido con métodos más invasivos; sin embargo, la doctora dijo que el color rojo no era normal en el líquido, además, había un tejido extraño en la radiografía, por lo que se le hizo una biopsia en donde se reveló que mi papá tenía cáncer. Para ese momento ya era julio.
El tipo de cáncer que tenía era un mesotelioma, lo tenía en el tejido pleural. Yo nunca había oído hablar de esa clase de cáncer, así que investigué y tiene muy mal pronóstico, ya que casi siempre se descubre muy tarde, pero las posibilidades mejoran si la cirugía sigue siendo una opción, en fin. Mi papá vio a un oncólogo y este le dijo que sólo eran necesarios seis ciclos (cada uno de 21 días) para curarse, que no era necesario operar. Por supuesto, yo no me creí eso, JAMÁS había escuchado un pronóstico tan positivo y menos con un cáncer así, por lo que le dije a mi pa que buscara una segunda o tercera opinión, pero se negó. Esto me enojó mucho, ya que el tratamiento no era barato y, a pesar que mi papá tenía un buen trabajo y recientemente se había pensionado, tampoco es que el dinero sobrara en situaciones así, aparte, yo entiendo que él quisiera creer que iba a salvarse así de fácil, pero a veces hay que pesar un poco más en lugar de sentir, como sea, eso no importa ya.
Mi papá fue dado de alta y comenzó el tratamiento casi de inmediato, pero decidió que sería mejor irse a casa de mis abuelos por un tiempo. Desde que se fue sólo lo vi unas tres veces y no interactuábamos mucho, ya que a mi hermano menor le dio COVID. Yo resulté asintomática, pero no quería que mi papá corriera riesgos, así que sólo me acerqué la última vez que lo vi, cuando ya habían pasado unas dos semanas desde que mi hermanito se recuperó.
Siempre hablábamos por WhatsApp, llamadas o videollamadas, aunque no todo el tiempo, porque yo paso muy ocupada con los estudios, aunque siempre me enviaba mensajes de ánimo cuando ya no soportaba el estrés y ese tipo de cosas.
El 3 de septiembre mi papá vino a traer unos documentos a la casa, pero no se bajó del auto, ya que no podía caminar (una trombosis que confundió por gota, ya que siempre la padeció). Ese día estaba muy cansada y no tenía ganas de nada, por lo que sólo entregué los documentos a mi tía, quien acompañaba a mi papá, y cerré la puerta. Por primera vez sentí que debía verlo, pero pensé que ya habrían otras oportunidades, así que sólo regresé a tomar una siesta corta.
Al día siguiente, en la mañana, mi hermano mayor me avisó que mi papá estaba grave y vomitando sangre, que lo traían rápido a la capital… Minutos después me dijo que había muerto.
La verdad, yo siempre pensé que iba a morir desde el momento en que no quiso buscar a otro oncólogo, pero jamás pensé que sucedería tan rápido. Han pasado cuatro meses desde que le diagnosticaron cáncer a mi papá, pero él ya está muerto.
Él y yo teníamos ideas muy contrarias: él creyente, yo atea; él pro-vida y yo «abortera», etc. Pero él jamás intentó cambiarme, hasta intentaba entenderme y me defendía cuando otros familiares criticaban mi forma de ser, él modificaba las letras de las canciones para dedicarmelas, dábamos viajes largos donde lo acompañaba a sus proyectos (era ingeniero civil y le tenían mucha confianza, por lo que lo enviaban a proyectos súper lejanos, donde habían pocos supervisores de la empresa además de él), en fin… Él era muy querido.
Ahora sólo quedamos mis hermanos y yo. No es que haga falta el dinero (por lo que dejó mi papá y el trabajo de mi hermano), pero me siento muy mal de saber que ahora dependo económicamente mi hermano mayor. Él se preocupa mucho por mí, por mis intentos de suicidio y eso, además nos dice a mi hermanito y a mí que no nos sintamos como una carga para él, pero no puedo evitar sentirme así. Pienso que algún momento se va a cansar de la situación, así que he seguido buscando trabajo, pero no he tenido suerte.
Por otro lado, siendo que ya ni siquiera tiene sentido seguir, pienso en toda la vida que (probablemente) me quede por delante y no me gusta pensar en que todo eso será sin mi papá. Desde hace varios años me pregunto por qué continúo si la vida ni siquiera vale la pena, pero ahora más que nunca me pregunto por qué ya no tengo el valor de volver a intentar suicidarme. Creo que, aunque a mis hermanos les dolería mi muerte, eventualmente la superarían y seguirían adelante, sin tener yo que ser una carga más para ellos.
Si llegaron hasta aquí, gracias. Y disculpen cualquier error de ortografía y en la redacción.