Tras el empoderamiento de Yilenia no te puedes quedar atrás. Libros para que pases un verano entretenido leyendo sobre el movimiento feminista:
Yo soy Malala: por si ser mujer no fuese suficientemente difícil en los países musulmanes, aún se complica más si eres niña, quieres estudiar y ayudas a denunciar las condiciones a las que están sometidas las mujeres de tu país. Una biografía que muestra la realidad en la que viven las niñas y mujeres de los países ocupados por los radicales islámicos y como actúan éstos para intentar acallar a los que luchan por un mundo diferente y mejor. Un libró no apto mara aprensivos, de lágrima segura y muy duro, pero muy necesario. El grito de muchas mujeres que se refleja en una pequeña guerrera a la que no pueden acallar (para lo que no sean muy aficionados a la lectura, también hay un documental que cuenta la historia de esta valiente bajo el mismo título).
Trilogía del Baztán (El guardián invisible, El Legado de los Huesos y Ofrenda a la Tormenta): pensaréis que se me ha ido, pero detrás de estos libros de la Premio Planeta 2017 Dolores Redondo, se esconde la historia de una mujer, Amaia, que se ha hecho a sí misma desde niña y que tiene que luchar en todo momento por demostrar su valía en su trabajo, donde irrumpe siendo una de las mejores policías forales de Navarra y luego en su familia, ya que una serie de asesinatos la lleva a enfrentarse cara a cara con los fantasmas del pasado y a sus propios miedos. Una serie de novela negra que nos hace ver que las mujeres tienen que agachar la cabeza ante nada y que nos muestra que nadie nace aprendido, es normal tener miedo ante la incertidumbre, pero hay que plantarle cara, con unas historias que enganchan desde el primer momento.
El cuento de la criada: la fantasía que puede hacer realidad y de nuevo, la dureza de la vida de las mujeres es hilo conductor. De la poco conocida autora Margaret Atwood, nos encontramos en un mundo donde el miedo al islamismo extremo lleva a los americanos a crear una sociedad puritana, en el que las mujeres están sometidas (sí vale, como siempre que las mujeres siempre han estado sometidas a lo largo de la historia), pero en este caso se lleva ese sometimiento femenino al extremo, al que planta la protagonista de la historia, porque por mucho que intenten controlar nunca se puede dominar el pensamiento y el deseo de mejorar.
