La temporada pre-navideña siempre trae consigo ganas de desconectar, de olvidarse un poco de las preocupaciones del día a día y simplemente dejarse llevar por algo ligero, divertido y, a ser posible, reconfortante. Si estás buscando justo eso, entonces Un hombre infiltrado, la nueva serie de Netflix, es la elección perfecta.
Si te digo que el creador es el mismo que el de Parks and Rec o el de The Good Place, seguro que ya me sigues…
Aquí vas a encontrar humor, una historia entrañable y la sensación de estar abrazando algo cálido y familiar. Yo la he amado vaya. Y me la he visto del tirón (capis cortos, como a mi me gusta).
La historia está basada en el documental chileno de 2020 El agente topo de Maite Alberdi. La serie se estrenó el 21 de noviembre de 2024 y cuenta la historia de Charles, un viudo y profesor universitario de ingeniería jubilado que acepta un trabajo como asistente de investigación para un detective privado. La misión de Charles lo lleva a infiltrarse en la comunidad de jubilados Pacific View en San Francisco con el objetivo de encontrar un collar de rubíes perdido. La premisa es tan entrañable como cómica, especialmente cuando ves a Charles, con toda su torpeza y buena voluntad, meterse en situaciones cada vez más surrealistas.
Ted Danson brilla en su papel de Charles, el investigador privado aficionado que a pesar de estar muy fuera de su zona de confort, se toma la misión con determinación y encanto. Danson aporta a Charles esa calidez y humor que le caracterizan, lo que hace que su personaje sea no solo entrañable, sino también muy divertido de ver. No es el típico héroe de acción ni el clásico detective brillante, sino un hombre común que ha aceptado una misión extraordinaria por razones que van más allá de lo material: la necesidad de sentirse útil y activo, incluso en su jubilación.
Lo que hace que Un hombre infiltrado sea perfecta para esta época del año es su ligereza. No es una serie que te haga reflexionar profundamente ni que te deje con el corazón en la boca después de cada episodio. Más bien es una de esas historias que te hacen reír, que te permiten desconectar del estrés del día a día y que te ofrecen personajes que parecen cercanos, reales, llenos de imperfecciones y de un sentido del humor que nos recuerda lo divertido que puede ser simplemente vivir. Es el tipo de serie que puedes ver en el sofá, con una manta y algo calentito para beber, y sentir que formas parte de la historia, sin presión, solo disfrutando.
Además, la atmósfera de la serie tiene un toque reconfortante. A pesar de tratar temas como el espionaje y la investigación, todo se siente muy ligero y lleno de humanidad. Dale una oportunidad y verás que, aunque no sea la serie más profunda del mundo, cumple con creces su misión de hacerte pasar un buen rato sin preocuparte por nada más. Me ha encantado.
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