Lamentablemente para mí, soy una de personas con las que la genética no ha sido demasiado bondadosa en lo que al metabolismo se refiere y encima, me ENCANTA comer. Me flipa. Me apasiona. Me fascina. Desde que tengo uso de razón, siempre he tenido que estar mirando al máximo mi alimentación y por consiguiente, mi activad física. Recuerdo mirar con pena y desconocimiento todos eso Bollycaos, bocadillos de chocolate y sándwiches mixtos, que mis amigas transparentes se comían en el recreo como si tal cosa, mientras yo aun así, me sentía la más afortunada del mundo por tener ese día un tranchete light en mi sándwich integral de pavo. Luego llegaba la hora de la comida, en la que por supuesto, yo era asidua de lo que en mi colegio llamaban “dieta del colesterol”, menú que no salía de la ensalada y ese pescado hervido fluorescente. Filetes rusos ¿qué es eso? Los años pasaron y lo de controlar mi alimentación más de la cuenta se convirtió en un hábito y  poco a poco mi frustración fue tornándose más bien en concienciación. Aprendí mejor que nunca, que somos lo que comemos  y supe que leer las etiquetas no es solo mirar cuantas calorías tiene por cada 100 gr. Pero, ¿y si además de comer, nos gusta salir a comer? Cuando vives en una sociedad capitalista y tirana como la que nos ha tocado, son muchos los sitios de los que debemos huir si no queremos castigar nuestro cuerpo con aceites de palma y carnes más hormonadas que Rafa Mora. Es por eso, que mi post de hoy se centra en cinco restaurantes madrileños, que además de ser bonitos, nos cuidan por dentro a la vez que cuidan todo lo de fuera.

 

CRUMB

Abierta desde hace relativamente poco, Crumb se ha consagrado como una de las bocaterías madrileñas de referencia. Sus panes son el ingrediente estrella, ya que los elaboran con harinas ecológicas y los hornean cada día de forma artesanal. No te puedes perder: El sándwich de sardinas al Sumak. ¿Dónde? Conde Duque, 8. Precio medio: 15-20 euros.

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RAYÉN

Este pequeño restaurante puede presumir de ser el restaurante 100% vegano de referencia en la capital madrileña. Todos los ingredientes de sus platos son de origen vegetal y procedentes de cultívos ecológicos. Una cocina ética, cuidada, hecha con mucho mimo y sin prisas. Ejemplo de ello es que no tienen microondas, cosa que me enamora. No te puedes perder:  Es difícil elegir sólo un plato, pero he de decir que no he probado un Hot Dog más rico que el suyo. ¡Ah! y no te quedes sin probar el agua de kefir ¡está buenísima! ¿Dónde? Lope de Vega, 7. Precio medio: 15-20 euros.

 

MYVEG

Este restaurante del barrio de Triball, propone una nueva forma de concebir la cocina: envasándola al vacío.  En sus mesas se sirven platos de IV gama cocinados al vacío en Pamplona y regenerados y ensamblados en el propio restaurante. Detrás de la idea se encuentra nada menos que David Yárnoz, propietario de El Molino de Urdaniz, uno de los mejores restaurantes de cocina creativa de Navarra. No te puedes perder: El Salmorejo con sorbete de manzana verde. ¿Dónde? Valverde, 28. Precio medio: 15-20 euros.

My Veg

CAFÉ BABEL

De reciente apertura pero con muchísimos adeptos. Famoso por su brunch y sus cervezas ecológicas, Café Babel es uno de los must de la sierra madrileña. Todos sus ingredientes son ecológicos y la mayor parte de sus productos principales son de proveedores de la zona. No te puedes perder: Su particular Falafel de Quinoa, es de otro planeta. ¿Dónde? Calle Real, 39. Torrelodones. Precio medio: 15-20 euros.

Babel

MAMA CAMPO

Se trata de un nuevo concepto de alimentación ecológica en la que se intenta recuperar los platos típicos y caseros de toda la vida con productos recién recogidos de cultivos con la certificación correspondiente. Además, Mama Campo no es solo un restaurante, sino que el espacio también dispone de un colorido mercado en el que podemos comprar directamente los mismos ingredientes con los que están hechos todos sus platos. No te puedes perder: Sus panes de Javier Marca. ¿Dónde? Trafalgar, 22. Precio medio: 22-35 euros.

Mama Campo