Las personas que están a tu alrededor, ya sean amigos o familia, y te quieren, muchas veces te dan consejos para que no sufras, o porque ellos creen que lo que vas a hacer te va a salir mal o te vas a equivocar. Ellos lo hacen porque quieren lo mejor para ti,  está claro. Pero eso no te asegura que tengan razón. De hecho bajo mi propia experiencia nunca la han tenido.

Yo desde que cumplí la mayoría de edad he hecho siempre lo que me ha dado la santa gana. Desafiando primero a padres y familia y luego a amigos. Y he de decir que menos mal, porque jamás me he arrepentido de nada de lo que he hecho y ellos no acertaron ni una. De hecho si les hubiera hecho caso, estaría viviendo una vida que no es la que yo necesito, sino la que ellos creen que está bien. Y eso no me hace feliz.

 Voy a enumerar varios ejemplos de lo que te recomiendan que no hagas:

  • Mi madre me enseñó que para ser atractiva y guapa se tenía que ser delgada. Y me maté a hacer dietas durante años, luchando con mi hambre y odiando mi constitución. Tenía razón en que si estaba gorda no encontraría ropa, ya que  hace  años no había ropa de talla grande, pero en lo que se equivocaba era en que no se puede ser feliz siendo gorda, y también guapa, y que no hace falta someterse a las normas estrictas de la sociedad.  No le hice caso y empecé a comer,  a ir a la playa en bikini y a dejar de pesarme, y no sé si fui más guapa o más fea pero lo que si fui es mucho más libre y por consiguiente más feliz. Me lo decía por mi bien pero la que necesitaba ser delgada para ser feliz era ella, no yo.

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  • Me casé con 21 años con un niño de papá imbécil, eso fue un error según por donde lo mires. No acerté en la elección de la pareja, pero aprendí mucho antes que mis amigas lo que es un capullo integral y lo que no debes elegir jamás como pareja. Aprendí que su familia por mucho que te quiera es suya, y que cuando te separas da igual lo que hayas hecho porque ellos te odiarán igual. Y de paso empecé a pagar hipoteca pronto por lo que siendo joven ya tienes el piso pagado. En resumen, ¿fue un error? Para mi no. Porque gracias a ello he hecho un curso acelerado de hombres a los que ni acercarse, y no me esfuerzo lo más mínimo en caerle bien a mi suegra. ¡Ah! y cuando alguien te pida matrimonio, la respuesta siempre ha de ser: Separación de bienes.
  • Dejar los estudios a medias. Eso según todo mi entorno era un error. Pues jamás me arrepentí, porque estudié unos cursos de cosas que me gustaban y me hacían feliz, y hasta hoy sigo trabajando de lo que me gusta y ganando quizás más dinero que los que acabaron la carrera.

 

  • El hombre que siempre había deseado tardó en enamorarse de mi más tiempo del que se consideraba normal. Yo supe que era él desde la tercera cita, a él le costó darse cuenta muchos meses más tarde. Y mis amigas me decían: «Si no te quiere ya es que nunca lo va a hacer», «Está jugando contigo», «Déjale, te mereces algo mejor». Y no les hice ni puñetero caso, porque eso sí, cabezota soy a morir. Y gracias a Dios no las escuché, porque cuando se dio cuenta de que si me quería, desde ese día me hizo  la persona más feliz de la faz de la tierra, y si las hubiera escuchado habría perdido al amor de mi vida claramente. Aunque evidentemente también me lo decían porque me querían.
  • «No montes un negocio que viene una crisis», me avisaban todos los que me rodeaban cuando quise emprender algo que me ilusionaba. Gracias a que nos les escuché tengo un negocio que me va muy  bien, evidentemente no me he hecho rica pero tampoco era mi propósito.
  • Mis amigas me decían que no tuviera sexo en la primera cita si el chico me interesaba porque no me tomaría en serio. Quedé con un chico explicitamente para sexo, hace 7 años de eso,  y hoy en día vivimos juntos. Nunca he querido que me respete alguien que me pide algo que él no cumple.

Con todo esto quiero decir, que aunque hay que escuchar los consejos, no hay que hacerles siempre caso. Mira en tu interior y sigue tus instintos y lo que te dictan tus deseos y tu corazón. Y si te equivocas, pues será responsabilidad tuya, pero nunca te quedarás con la sensación de: «Y si hubiera hecho..». Yo como ya he dicho no la conozco porque siempre he hecho lo que he querido pero debe de ser mucho más frustrante que el fracaso. De eso estoy segura. Aunque si fuera tú, tampoco me haría caso en esto que te digo, porque esto es lo que me hace feliz a mi, pero no tiene por qué darte la felicidad a ti. Busca la tuya que muy probablemente sea diferente a la que les hace feliz a los que te rodean.