Ante  la pregunta ¿Le amo de verdad? es que ha llegado el momento de la crisis. Porque cuando uno quiere no suele tener dudas.

Cuando empiezas una relación con alguien, al principio incluso los primeros años, te encuentras en ese estado de euforia constante, ese que cuando ves que se acerca esa persona a ti, te da un vuelco al corazón y no puedes dejar de sonreír. Eso no debería pasar nunca y cuando pasa lo que quedan son otras cosas pero no amor, y mucho menos enamoramiento. Pero la decisión es de cada uno de quedarse ahí con esa persona o ir en busca de un amor nuevo. Dicen que hay cosas que cuando pasa el enamoramiento compensan. Yo jamás las he conocido. Cuando se pasa lo que queda es una bonita amistad, cariño por esa persona por los años bonitos que has vivido pero ¿amor? eso no es amor. Puede ser un tipo de amor/amistad, amor/cariño pero no de pareja.

¿Cuál es la diferencia entre compartir tu casa con un amigo o con tu pareja? Pues evidentemente que con tu pareja tienes sexo y con un amigo no,  y que el amor que sientes hacía él es pasional y no fraternal.

Hay casos en los que cuando se acaba la fase primera entras en una fase de costumbre, algo desilusión, monotonía, y si piensas en envejecer con esa persona, a veces hasta te parece demasiado tiempo a su lado. Se ha convertido en amor fraternal claramente.

Muchas veces ni nos planteamos dar el paso de abandonarle porque las consecuencias pueden ser devastadoras, y es mejor permanecer en lo conocido (que no es tan malo), que soportar el dolor de la soledad y la incertidumbre de si uno sabrá vivir solo o si volverá a encontrar de nuevo el amor.

Cuando uno deja a su pareja, los primeros días aunque hayas tomado tú la decisión son un infierno, echas de menos a esa persona, piensas constantemente que quizás te estás equivocando, tienes instintos de llamarle, de enviarle mensajes, de dejar una puerta abierta por si acaso… pero si dejas pasar un tiempo verás que es la mejor decisión que has tomado jamás. Porque como ya he dicho muchas veces, conformarse es una palabra odiosa, y de la que no deberíamos ni saber el significado para no poder usarla.

Tu vida no acaba con tu relación de pareja, todo  lo contrario tu vida empieza. Cuando tu relación se ha convertido en costumbre, hay varios pensamientos que se repiten bastante a menudo en tu cabeza y que son un símbolo claro de que estás en esa fase:

Excluirle para salir. Cuando haces planes piensas en no invitar a tu pareja y no lo haces por no hacerle sentir mal pero preferirías que no viniera. O te aburres si salís los dos solos sin amigos u otras parejas.

Te molestan las pequeñas cosas. Hay cosas pequeñas que hace siempre  que al principio te hacen gracia, como algún ruido al comer, que  llegue tarde, que se deje siempre el jersey en la habitación y no en el armario. Cuando esas pequeñas cosas dejan de hacerte gracia y te molestan hasta el punto de que le matarías. Empiezas a tener un problema.

La familia. Pensar que si lo dejáis, harás daño a su familia y a la tuya, y que pensarán de ti… No te engañes, si lo puedes superar tú, ellos lo harán mucho antes.

Sexo. Es uno de los puntos que mas claramente denotan que ya no estás enamorado. Cuando cada encuentro que involucre estar desnudos y acariciaros, se vuelve cada vez más espaciado, más rutinario y menos apetecible.

Resignación. La palabra es igual de fea que «conformarse» pero cuando en vez de ir a por lo que te hace feliz, hablar con tu pareja, tratar de volver a sonreír todo el rato cuando estáis juntos… te resignas a que con todas las parejas al paso de los años acabaras igual. Vuelves a equivocarte, porque no, no con todas se acaba en una vida insulsa y absolutamente aburrida.

dejar marchar

No tener ganas de volver a casa. Antes corrías del trabajo para llegar a casa y meterte en la cama con tu pareja, o simplemente para abrazarle o estar juntos, y ahora alargas las horas, te quedas más rato en el trabajo, con los amigos, todo para no volver.

Pensar en otras personas. No tiene que ser ni una persona que conozcas, ni alguien real, sino algún actor de una serie, o alguien imaginario. Cuando piensas que con otra persona podrías ser mas feliz, tener mejor sexo, mas pasión etc.

Discutir. Cuando amas a alguien media hora en la que estés enfadado te hace sufrir tanto que eres incapaz de aguantar ni cinco minutos más. Cuando las discusiones son cada vez más frecuentes y te da igual pasarte una hora que un día sin hablarle, y cruzarte con tu pareja por casa, o incluso sentir alivio de unas horas de silencio mientras te deja tranquila.

Así es que si estás en esta situación ahora mismo, y cumples todos los puntos de estar en la fase «costumbre», eres libre de «conformarte» con lo mal que suena y todo, o intentar vivir de otra forma en la que creas que serás más feliz.

A mi hace tiempo una persona que le quedaba muy poco de vida me preguntó: ¿Si te quedaran tres meses de vida, seguirías con la persona con la que estás?. Y no respondí, pero me divorcié. Hazte esa misma pregunta, y depende de la respuesta actúa en consecuencia y sobre todo siéndote fiel a ti y a disfrutar de tu vida casa segundo, porque aunque suene tremendista, quien sabe si te quedan menos de tres meses de vida.