No hay nada como volver a ver una serie que te gustó en su día para darte cuenta de que tú podrías ser también un personaje de ficción.

A dos metros bajo tierra o Six feet under aterrizó en Netflix en invierno, aunque es una serie original de HBO. Es curioso porque han pasado casi 25 años de su estreno y sigue siendo una historia que te pone los pelos de punta.

Lo siento, lo voy a admitir, yo no soy objetiva en este caso. Siempre he dicho y diré que conocer a la familia Fisher me cambió la vida y de ahí mi apellido de escritora.

Por si no los conoces, te pongo un poco en su órbita. Se trata de una familia que tiene una funeraria. No es un trabajo sencillo con el que lidiar, ya que supone horas, estómago y empatía.

Si algo destaca son los personajes femeninos, pero hoy nos vamos a quedar con la pequeña de la familia, Claire.

Ni que decir tiene que yo quería ser una Fisher para desposarme con ella, pero si algo he aprendido al volver a ver su historia es que todas nos parecemos un poquito a Claire.

Quizás no hemos vivido una adolescencia entre líquido de embalsamar ni tampoco hemos conducido un coche fúnebre para ir a clase (aunque hubiera sido total), sin embargo, en lo que todas nos parecemos es que no sabemos tomar decisiones acertadas.

No quiero ser yo la que te haga spoilers gratuitamente, aunque vamos a analizar algunos detalles. Claire crece sola en una casa llena de gente, le cuesta socializar y lidiar con algunas cotidianidades.

Como buena millenial, siente una fuerte crisis existencial tras la muerte de su padre, porque no sabe cuál es su cometido. Querida, hoy en día muchas de nosotras tampoco lo sabemos y puede que de ahí venga el problema.

No estamos preparadas para poder ‘hacer lo que se supone’. Con esto me refiero a que muchas veces optamos por el camino que peor pinta tiene debido a que huimos de lo fácil. No pasa con las parejas, con amigos, con estudios y con trabajos.

 

A Claire le pasa. Escoge el oficio más complicado, menos valorado y donde te dejas el alma; se decanta por señoros con el ático mal amueblado y no es consciente de lo importante que es conocerse a una misma porque, a fin de cuentas, es con quien más tiempo vas a estar en tu vida.

Sí, queridas mías, seguro que a ti también te ha sucedido en más de una ocasión  y no por ello eres excéntrica o una intensa, es que es muy difícil lidiar con todo lo que nos rodea y más con cómo está el patio.