Ser de pueblo: una de las mejores cosas que a uno le pueden pasar en la vida y que muy pocos llegar a valorar. Para mi, ser de pueblo debería estar recogido como derecho dentro de la Constitución española.
Todo ciudadano español tiene derecho a ser de pueblo, en caso contrario se le asignará uno cercano a su ciudad de residencia. Además se le asignará una güelita (abuela) para que le alimente y engorde durante las visitas.
Porque claro, ser de pueblo tiene un serie de obligaciones y responsabilidades que se deben cumplir para ser un buen pueblerino de pro.
1. Deben hacerse visitas periódicas al pueblo, para que tu madre y tu abuela te puedan engordar a gusto, cual cerdo preparándose para un San Martín. A tu regreso a la ciudad vas a necesitar otra maleta más para todos los tuppers que te vas a llevar (no olvides devolverlos o correrás el riesgo de ser persona non grata)
2. Que los amigos del pueblo son para toda la vida ya lo sabemos, pero además tú vas a tener una lista negra que jamás vas olvidar. Lo de tener cerca a tus enemigos en los pueblos se suele llevar a rajatabla y pobre de ti como tus amigos se enteren de que has hablado con alguna persona de esa lista.
3. Te vas a acabar convirtiendo en el naturalista/biólogo de tu grupo de amistades. Se supone que el campo te enriquece la visión y debes de saber todos los árboles y animales que hay en el mundo. Vale que podamos decir que un «beée vaca» es un ternero o ternera, pero quizás los árboles no sean lo tuyo y por mucho que lo intentes cualquier árbol que vaya más allá de un castaño siga siendo un árbol.
4. Si tu pueblo tiene acentos o palabras raras (gallegos, catalanes, asturianos, murcianos, andaluces…), prepárate para que todo el mundo quiera saber como se dicen algunas palabras en el dialecto o lengua de turno. Procura asegurarte de que también corriges cosas como «las fabes» o «sidriña» antes de que tengan un viaje a Asturias, por ejemplo, y no les dejen salir del aeropuerto.
5. No intentes copiar otros acentos para adaptarte. Siempre se tu mismo y acepta tu acento, los otros lo van a acabar valorando y puede resultar exótico :)
6. La primera vez que pisas la ciudad eres igual que Paco Martínez Soria, admitámoslo, a todos nos ha pasado.
7. Los de los pueblos no sabemos usar pasos de cebra. No entiendo la razón de esa manía que tenemos (al menos yo tengo comprobado que mis conocidos lo hacen) de cruzar siempre por el medio de la carretera exponiéndonos a pegarnos un leñazo o a que nos atropelle una bici. Da igual que el semáforo de los peatones esté en verde y el paso de cebra a 10 metros, que tú vas a pasar directamente desde donde estás a la otra acera.
8. Es obligación si sales fuera de tu región hacer platos típicos aunque tú no tengas ni idea de cocina. Pero ten en cuenta que no todos van a saber apreciar las filloas de sangre o los sesos fritos, por muy típicos que sean en tu pueblo.
9. NUNCA te vas a poder perder unas fiestas patronales. Da igual que no tengas días de vacaciones o te coincida una reunión en la conchinchina. Vas a ir a las fiestas y punto. Es como el recorrido de los salmones para desobar lo tienes que hacer porque te lo dicen tus genes.
10. Lo más importante de todo. Prepárate para ser la comidilla de los vecinos. No se les va a escapar ningún detalle. Tu madre o tu abuela las va a poner al día de todo lo que hagas mientras no estés allí y vas a tener que soportar enfrentarte a un interrogatorio en profundidad por la policía sentada del pueblo.