Aquí van mis razones para animaros a hacer una maratón el fin de semana con Sex Education, la nueva serie de Netflix. Estoy segura de que no os arrepentiréis:
- Típica serie de instituto con un giro de tuerca interesante
El hijo adolescente de una sexóloga y que es anónimo en su instituto, monta una consulta clandestina sobre sexo para sus compañeros de clase promovido por la macarra del cole necesitada de pasta.
- Adolescentes… pero que sí parecen adolescentes
Todo realista, nada de orgías, ni cuerpos marcadísimos, ni top models y ni vida idealizada. Cuerpos que parecen de adolescentes reales algunos más y otros menos experimentados con los problemas que todos hemos tenido de sobrevivir al instituto y afrontar la sexualidad.
- Da visibilidad y nos educa en temas sexuales de actualidad en este siglo
Habla de homosexualidad, de homofobia, de disfunción eréctil, de travestismo y transfobia (muy poquito, pero algo es algo), de vaginismo y masturbación femenina además de los temas típicos de las series de adolescentes aunque en mi opinión tratados de formas más realistas.
- La masturbación femenina
La razón por lo que me di cuenta de que esta serie sí. La masturbación femenina (gritad conmigo… ¡ALELUYA!) Y no la masturbación en un acto sexual con otra persona, no señora y señores. Ni tampoco como un recurso de plano visual. La masturbación fomentada por una razón totalmente legítima y correcta para una chica que mantiene relaciones con otra persona o está empezando con ello:
«Primero tienes que averiguar qué te funciona a ti y a tu cuerpo».
Yo no soy sexóloga, ni pretendo serlo, pero al madurar me di cuenta de lo fundamental que es conocerse en todos los aspectos. Esto ahorraría mucho drama en las primeras experiencias sexuales.
- El feminismo como algo sexy
Porque hacen apología del feminismo en el hombre de forma ligera y con humor, con frases tan geniales como un chico diciendo:
“Es feminista. El tío más bueno del instituto ahora es aún mejor, casi como Ryan Gosling»
- El personaje de Eric (mejor amigo gay)
El mejor amigo del protagonista/terapeuta sexual adolescente, es una razón en sí mismo. Este personaje en cuestión tiene una personalidad tan fuerte y tan marcada que es capaz de ir a clase más fashion que la Pedroche a un fin de año y mantener la cabeza alta para defender sus modelitos. No digo más.
- Lecciones de valentía
En el contraste con un padre bastante taimado que a pesar de costarle le brinda apoyo a su hijo bastante estrafalario, surge este maravilloso diálogo padre-hijo cuando el progenitor explica su deseo de protegerle y su hijo le da una lección absoluta de valentía y madurez:
“-No quiero que te hagan daño”.
“+Me lo harán igualmente, ¿no es mejor que sea yo mismo?”
- Clases de autoestima 101
Otra frase para enmarcar, otra joyita contenida en la serie. No es la típica si no te gustas no le gustarás a nadie, porque puede pasar, alguien puede fijarse en ti, aunque estés en la mierda, pero tu falta de autoestima no te va a dejar creértelo. No te vas a sentir suficiente, pero sí lo eres, incluso en tus horas bajas te mereces cosas buenas:
«Si tú no te gustas, ¿cómo vas a creer que le gustas a alguien?»
- El mal de amores
La naturalidad de una relación no correspondida, todos lo sabemos, muchos lo hemos sufrido, a veces no viene mal recordar que no es que hagamos algo malo, simplemente:
«Uno no elige quién le atrae. No se puede forzar una relación».
- La excusa para una maratón de mantita y peli
Es invierno, la serie ha sido todo un exitazo en “er Nefis” (como dice mi madre) y fuera hace frío. Aquí tienes 8 capítulos de poco menos de una hora con los que te puedes montar una maratón el finde con palomitas solo para paladear bien los diálogos, con amigos o con tu pareja para reírte y disfrutar con toda la educación sexual y las aventuras de este joven “sexólogo” y sus amigos.
Y por si no habéis tenido bastante… ha tenido tantísimo éxito que ya han confirmado la segunda temporada para que todo este caldo de cultivo del instituto Moordale nos siga regalando frases tan increíbles, después de esto ¿quién no se anima a verla?
