Ser la amiga gorda no siempre es fácil, sobre todo si eres la amiga gorda con baja autoestima. Más que nada porque entonces te aferras con facilidad a relaciones súper disfuncionales pero ahí estás tú: aguantando el tipo porque “quién me va a querer a mí”. Ojo, incluso en esos momentos puedes tener personas buenas a tu lado pero en general se dan muchas más amistades disfuncionales o tóxicas cuando tú te sientes inferior al resto.

Sabemos que los demás no suelen hacerlo a propósito pero es muy probable que, si eres la amiga gorda, hayas pasado por estas 5 situaciones:

 

  1. El que te mola se fija en tu amiga. Lo peor es cuando ella se lía con él sabiendo que a ti te gusta. No, a mí no me ha pasado, es para una amiga…jejeje (me ha pasado tantas veces que duele). Este fenómeno lo estudian en el cuarto semestre del noveno año de la carrera de Física Cuántica: como a ti te mole un tío, éste siempre se habrá fijado en tu amiga así que a ti solo te quedará el segundo punto. 

 

  1. Ser la celestina. Como amiga gorda no tienes licencia para ser la que recibe ayuda de su chupipandi para conseguir ligarse al maromo en cuestión. Tú siempre acabarás siendo la amiga simpática que se acerca a pedirle el número porque tu amiga la pibona se muere de vergüenza. Te ganas el título de la amiga simpática que tiene acceso a los chicos porque ellos hablan contigo y les pareces un encanto de niña pero asumes tanto ese título que realmente sientes que no puedes resultarles atractiva a nivel físico, lo cual te adelanto desde ya que no es verdad: eres una rrrrrreina absoluta con esas curvas que te gastas. 

 

  1. No puedes compartir ropa. Compartirla es algo que a todas en algún momento nos hace cierta ilusión. Aquello de salir de fiesta y cambiarte el top en el último momento por uno de tu amiga o incluso que te dejen un pijama si te quedas a dormir. Olvídate de eso si eres la amiga gorda porque nada te cabe. No, no es algo determinante, pero a mí me ha pasado de ser la única amiga gorda y que mi pandilla de amigas delgadas se dejaran ropa cada dos por tres y que en el fondo mi pensamiento fuera: “jo, yo también quiero…” pero nada, nena, te toca comprarte ropa bien molona o tener más amigas gordas con las que cambiarte ropa, lo cual mola todavía más cuando haces cambio de armario y te toca quedarte con toda la ropa que tu amiga ya no quiere jajaja

 

  1. Tienes que oírlas quejarse de su cuerpo. Que a ver, claro está que cualquiera puede tener complejos pero cuando las oyes decir, vistiendo una 38, que están súper gordas y no sé cuántas cosas más sobre su supuesta gordura mientras tú ocupas casi el doble de espacio que ellas…Realmente no sabes ni qué cara poner. ¿Cómo consuelas a la amiga que se ve gorda, mientras tiene el cuerpo que tú hubieras soñado tener? O ¿con qué cara luego cuentas tú tus ralladas sobre tu cuerpo? En fin…

 

  1. No van a entender tus complejos. Ellas podrán tener los suyos, basados en su propia idea de un cuerpo ideal o en lo que sea pero jamás van a saber lo que es vivir las consecuencias de un cuerpo gordo. No van a entender tus inseguridades, ni tus miedos, ni tus ralladas…Porque pese a los millones de complejos que ellas puedan tener, siempre habitarán el cuerpo que a ojos de la sociedad es válido y sano.

 

Quizás vendido así te parece que ser la amiga gorda es un completo fiasco jajaja pero también dependerá mucho de las personas con las que te relaciones. Lo que está claro es que todavía hoy existen diferencias que nos limitan y que vamos a seguir encontrando, lo importante es trabajar en nosotras mismas lo suficiente como para rodearnos de gente bonita que aporte y saber que no importa lo diferente que sean nuestros cuerpos mientras nos sepamos querer bien. 

 

¿A vosotras os han pasado estas cosas? ¿Podríais aportar alguna más? Quiero leeros!!

 

Redacción WLS